SE DECIDE SI SE ABRE UN JUICIO POLÍTICO EN SU CONTRA
El Senado brasileño ha iniciado una maratoniana jornada para decidir si abre un juicio político contra la presidenta Dilma Rousseff, y está dispuesto a pernoctar por el ansia de la mayoría de ver a la mandataria alejada de su cargo.
Los legisladores entraron en el pleno del Senado a primera hora de la mañana del miércoles y se enclaustraron en el Congreso para debatir el futuro de la presidenta, que este jueves podría entregar su mandato a su vicepresidente y ahora adversario político, Michel Temer.
La petición de palabra de los senadores arrastró la sesión hasta la noche y la alargará hasta la madrugada del jueves, cuando los parlamentarios llevarán a cabo la votación que, por lo expresado hasta el momento, abrirá a Rousseff la puerta de salida de su mandato.
Una abrumadora mayoría de los senadores que ha intervenido en la sesión hasta bien entrada la noche se inclinaron por la suspensión del mandato de Rousseff, aunque esta vez, a diferencia de la votación de la Cámara de los diputados, no hubo votos por las madres, los hijos, la patria o los corredores de seguros.
Los senadores fueron mucho más sobrios que los diputados, cuya votación el pasado 17 de abril contó con varios momentos circenses que incendiaron los ánimos de la platea y de los miles de ciudadanos que, a diferencia de hoy, siguieron la votación en las calles de todo el país.
Los "seguidores" a favor y en contra del juicio político fueron notablemente inferiores este miércoles, pero no faltó una legión de periodistas que persiguió sin cesar a los senadores en sus idas y venidas por los pasillos del Senado.
En los corredores la oposición no dudó en celebrar la decisión del Supremo Tribunal, la máxima corte de Brasil, que rechazó el recurso presentado la víspera por el Gobierno de Rousseff para intentar detener el proceso que la madrugada del jueves puede suspenderla del cargo durante 180 días y llevar luego a su destitución.
El gobernante Partido de los Trabajadores (PT) insistió en que hay un "golpe de Estado" contra Rousseff travestido de "impeachment", y recordó que el embate tan sólo finalizará cuando concluya el propio juicio político.
Entre los parlamentarios y periodistas también se coló un sacerdote. Con su indumentaria eclesiástica, el cura intentó entrar en el pleno del Senado para asistir la sesión, pero fue frenado por la seguridad, que controló todos los accesos dentro y fuera del edificio.
La presidenta ya ha empezado la mudanza y probablemente mañana dejará el palacio presidencial de Planalto, pero entre los suyos hay divergencias sobre si Rousseff debería o no salir por la puerta principal, ya que para muchos de sus aliados eso podría ofrecer la instantánea del fin.
La jefa del Estado, sin embargo, dejó claro la víspera en una ceremonia con mujeres que "luchará hasta el fin" y que su segundo mandato, para el que fue reelegida en octubre de 2014, finalizará "en diciembre de 2018".