VIAJABAN 239 PERSONAS
Zaharie Ahmad habla delante de su simulador de vuelo, el mismo, que lo ha convertido de víctima en sospechoso.
El piloto del vuelo de Malaysia Airlines practicó en el ordenador la ruta que tomo el avión desaparecido semanas antes del siniestro.
De hecho el ejercicio termina a unos 1.450 kilómetros del área donde el Boeing se estrelló. Zaharie borró los datos pero el FBI los ha recuperado.
Aun así
será difícil saber toda la verdad porque el avión de Malaysia Airlines, en el que viajaban 239 personas, sigue en paradero desconocido. Hasta ahora solo han
aparecido piezas sueltas que las corrientes han arrastrado hasta la costa
oriental africana.
Su suerte sigue siendo un misterio desde que desapareció 40 minutos después de despegar de Kuala Lumpur rumbo a Pekín con un pasaje mayoritariamente chino.
Según la investigación oficial, alguien de la tripulación apagó los sistemas de comunicación del aparato; cambió el rumbo y lo mantuvo hasta que se agotó el combustible.
Cayó en una zona próxima a Australia. Desde entonces han pasado más
de dos años y los países afectados han decidido suspender la búsqueda después
de rastrear unos 110.000 kilómetros cuadrados al sur del océano Índico.