JORNADA MUNDIAL DE LA JUVENTUD 2016
El Santo Padre ha presidido en el parque Blonia de Cracovia la ceremonia de acogida a los jóvenes que participan en la Jornada Mundial de la Juventud 2016, desarrollada en la tarde del jueves en presencia de 600.000 personas, según medios locales.
El Santo Padre, que sufría por la mañana una aparatosa caída en el santuario de Czestochowa, ha planteado una disyuntiva: "Queridos amigos, les pregunto: ¿Quieren para sus vidas ese vértigo alienante o quieren sentir esa fuerza que les haga sentirse vivos, plenos? ¿Vértigo alienante o fuerza de la gracia?". La respuesta, según ha dicho, "es una persona y está viva, se llama Jesucristo". A esta afirmación ha seguido un fuerte aplauso por parte de la multitud.
Así, ha comentado el "dolor" que le genera encontrar a estos jóvenes "que parecen haberse jubilado antes de tiempo" y que "tiraron la toalla" antes de empezar el partido, que están "entregados" sin haber comenzado a jugar". Pero también ha criticado esa sensación de sentirse vivos por caminos oscuros, que al final terminan pagando caro", o quienes pierden años "corriendo detrás de "vendedores de falsas ilusiones", "vendedores de humo".
Para Francisco, resulta "un regalo del cielo" poder ver a muchos jóvenes que, con sus cuestionamientos, buscan hacer que las cosas sean diferentes. "Es lindo, y me conforta el corazón, verles tan revoltosos", ha señalado.
Francisco ha comenzado su intervención recordando a su antecesor, Juan Pablo II. "En esta su tierra natal, quisiera agradecer especialmente a san Juan Pablo II, que soñó e impulsó estos encuentros. Desde el cielo nos está acompañando".
La ceremonia de acogida de los jóvenes en el parque Blonia ha dado comienzo a las 17,30 horas y los asistentes han subrayado su espectacularidad. Se ha iniciado con un baile que incluía danzas típicas de varios países, desde un tango, a un baile africano.
Además, ha introducido un desfile de banderas de los 184 países presentes en la Jornada Mundial de la Juventud, así como una presentación de nueve santos contemporáneos, que tomaban cuerpo en realidad a partir de una imagen en dos pantallas.