Hiroshima
En el lugar exacto donde cayó la bomba atómica lanzada por Estados Unidos en el año 1945, el Papa ha condenado, aunque sin nombrarlos, a los nueve países que actualmente poseen armas nucleares.
En el discurso, al que acudieron supervivientes de la tragedia, ha reflexionado sobre si es posible hablar de paz mientras se siguen fabricando máquinas de guerra y todavía hay niños y familias que viven en condiciones infrahumanas.
"Con convicción, deseo reiterar que el uso de la energía atómica con fines de guerra es hoy más que nunca un crimen, no solo contra el hombre y su dignidad, sino contra toda posibilidad de futuro en nuestra casa común", ha señalado el Papa Francisco, después de haber visitado Nagasaki, la otra ciudad arrasada por otra bomba.