Le llaman el Robin Hood del Vaticano.
El limosnero del papa Francisco, el cardenal Konrad Krajewski, entró en un edificio ocupado de Roma en el que viven 450 personas y reactivó la corriente eléctrica, embargada desde hacía una semana.
El inmueble se encuentra en la vía Santa Croce in Gerusalemme, cerca de la basílica de san Juan de Letrán, y en él viven unas 450 personas, entre ellas cien menores, sin luz tras acumular una deuda de 300.000 euros con la compañía eléctrica.Los inquilinos, junto a colectivos de activistas, llevaban varios días manifestándose al grito de "sin luz no se vive" a las puertas del edificio.
El cardenal polaco, encargado de las obras de caridad del pontífice, acudió al lugar para dar algunos regalos a los niños y dijo que si al caer la tarde no había vuelto la luz, la activaría él. Volvió y accedió a la sala de contadores, cerrados con precinto por las autoridades, y reactivó la corriente eléctrica, asumiendo la responsabilidad ante la Policía y la compañía distribuidora.
"Intervine personalmente para reactivar los contadores. Ha sido un gesto desesperado. Había más de cuatrocientas personas sin electricidad, con familias, niños, sin ni siquiera la posibilidad de encender los frigoríficos", ha afirmado el cardenal, que acaba de regresar de la isla griega de Lesbos.
Intervino en la cuestión el ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, que retó al limosnero a pagar los recibos atrasados.
"Cuento con que el limosnero del papa, que ha reactivado la corriente de un edificio ocupado en Roma, pague los 300.000 euros de facturas atrasadas", dijo en un acto electoral en Bra.