AFECTA A MÁS DE 15.00 HECTÁREAS
El incendio forestal del Algarve, desatado hace cinco días, avanza este martes de forma descontrolada tras varias reactivaciones que han generado alarma entre la población y obligado al Gobierno portugués a lanzar un mensaje de tranquilidad.
El fuego, que hasta el lunes había consumido más de 15.000 hectáreas, se ha intensificado durante la pasada madrugada y ha obligado a desalojar a 250 personas de varias aldeas del municipio de Monquiche, una zona montañosa de muy difícil acceso.
Impulsadas por el viento, las llamas se han extendido en las últimas horas a las vecinas localidades de Odemira, Silves y Portimão, destruyendo a su paso infraestructuras agrícolas, campos de árboles frutales, fábricas y casas. Además, el fuego ha dañado hasta 40 kilómetros de tendido eléctrico, lo que ha dejado sin energía a unas 17 localidades de la zona.
La situación ha desatado la alarma entre la población, y las autoridades, que este lunes llegaron a tener controlado el 95 % del incendio, han reforzado la presencia de medios en la zona, donde trabajan más de 1.200 bomberos, 400 vehículos terrestres y 16 aviones, así como otros dos Canadair llegados desde España.