EN ÁFRICA
El descubrimiento hace cinco años del Homo naledi, una nueva especie de homínido que convivió en la sabana surafricana con los humanos más cercanos al hombre moderno, podría cambiar para siempre lo que sabemos sobre la evolución. Un equipo de investigadores rusos ha presentado en Moscú la reconstrucción científica de la cabeza del misterioso ser, descubierto en Sudáfrica por el paleoantropólogo estadounidense Lee Berger.
El naledi es mitad simio, mitad hombre. En lugar de responder a preguntas sobre el origen de nuestra especie, es un eslabón que no encaja muy bien en la cadena evolutiva, explica el antropólogo ruso Stanislav Drobishevski. "Combina aspectos muy primitivos, como el cerebro, más propios de los primates, con otros muy desarrollados que se asemejan a los del hombre contemporáneo", apunta el científico.
"Son muy peculiares. Miden 1,5 metros y tienen un cerebro que pesa entre 400 y 600 gramos, justo en el límite que separa al Australopithecus del Homo habilis, el primer homínido al que se considera humano. De hecho, los primeros análisis de los restos de 15 individuos hallados en una profunda cámara de la cueva surafricana Rising Star hicieron pensar a sus descubridores que estaban ante una de las primeras especies humanas, que habría vivido hace tres millones de años. La sorpresa fue mayúscula cuando las pruebas de datación revelaron que el naledi vivió hace tan sólo 300.000 años.