ACOMPAÑADO DE SU HIJO
El expresidente peruano Alberto Fujimori (1990-2000) ingresó en una clínica de Lima antes de que las autoridades ejecutaran la orden de captura que pesa sobre él, en cumplimiento de la sentencia que anula el indulto a la condena de 25 años de prisión por delitos de lesa humanidad.
Fujimori, de 80 años, llegó al centro médico inesperadamente en una ambulancia, pues no se le vio salir de su domicilio, situado en una exclusiva urbanización de la capital peruana, a pesar de que sus hijas Keiko y Sachi Fujimori le habían visitado más temprano.
El expresidente ingresó en la clínica Centenario Peruano Japonesa, situada en el distrito limeño de Pueblo Libre, acompañado de Kenji Fujimori, su hijo menor, quien estuvo con él en la ambulancia que le trasladó hasta el centro hospitalario.
"Como hijo de Alberto Fujimori es mi deber humano estar con él en sus momentos más difíciles. Hoy nuevamente estoy contigo en una ambulancia, te amo y si tengo que dar mi vida y hasta mi libertad por ti, así lo haré. Siento mucho dolor", escribió en Twitter Kenji Fujimori mientras acompañada a su padre hasta la clínica.
Kenji Fujimori está considerado el promotor político del indulto que la pasada Navidad le otorgó a su padre el entonces presidente Pedro Pablo Kuczynski.
El indulto fue concedido bajo sospechas de ser un acuerdo político, pues se decidió solo tres días después de que Kuczynski se salvase de ser destituido por el Congreso gracias a la abstención de un pequeño grupo de congresistas fujimoristas liderado por Kenji Fujimori, quien le había pedido en reiteradas ocasiones que dejara en libertad a su padre.
Al indultar a Fujimori, Kuczynski alegó "razones humanitarias" debido a las dolencias que afectan al exgobernante, quien padece de lesiones precancerígenas en la lengua, además de hipertensión y dolencias estomacales. Sin embargo, el Juzgado de Investigación Preparatoria de la Corte Suprema de Justicia de Perú, a cargo del magistrado Hugo Núñez, anuló el indulto al considerar que "es incompatible con las obligaciones internacionales del Estado peruano", en concreto con la Convención Americana de Derechos Humanos.
El juez determinó que el proceso tuvo irregularidades, sin principios de imparcialidad ni del debido procedimiento por parte de la junta médica que realizó el informe para su excarcelación.
En el documento se argumenta que Fujimori padece una enfermedad grave y degenerativa pero no terminal, aunque nunca especificó cuál.
Mientras se tramita la apelación presentada por su abogado, existe una orden de captura contra Fujimori para volver a la prisión donde cumplía la condena. Fujimori fue condenado en 2009 a 25 años de cárcel por las matanzas de Barrios Altos (1991) y La Cantuta (1992), donde murieron 25 personas a cargo el grupo militar encubierto Colina, y por el secuestro de un empresario y un periodista tras el golpe de Estado que dio en abril de 1992. Al expresidente le quedan por cumplir más de 14 años por esta condena que, de cumplirse en su totalidad, terminaría de purgar en 2032 con 94 años.