LE SUGIEREN QUE USE CAMP DAVID
La elección está entre una finca con campo de tiro, con una casa de piedra y chimenea; y en una situación discreta y apartada. O una mansión con vistas al mar en la cálida Florida con vida social las 24 horas. En la pugna por los fines de semana presidenciales gana por goleada la opulenta Mar a Lago. 3 a 0 a la histórica Camp David.
Donald Trump no ha pisado, ni parece querer hacerlo, los terrenos del ejército que han sido sede de cumbres y acuerdos históricos. A menos de cien kilómetros de Washington, un corto viaje en helicóptero y con seguridad incluida. Todo por 8 millones de dólares al año.
Según datos de los viajes de Obama, un desplazamiento de 3 o 4 días a un lugar como Mar a Lago cuesta más de 3 millones de dólares. Sólo una de vuelo del Air Force One se calcula en 200.000 dólares. Y por el estilo de vida de Trump no parece que sus viajes a Florida vayan a ir a menos.
Tampoco parece que vayan a reducirse los gastos para el contribuyente, que asume además la vigilancia de la Torre Trump de Manhattan, donde vive la primera dama con su hijo. Medio millón al día.
Una factura que se multiplica con los viajes de los otros cuatro hijos del presidente. En alojamiento y dietas para sus agentes, el servicio secreto gastó 100.000 dólares cuando Eric Trump visitó su Torre, en Uruguay.
Cada desplazamiento de la llamada "primera familia" es una pesadilla logística para el bolsillo del estadounidense.