PERDIDO EN LA II GUERRA MUNDIAL
El coronel Artur Talik, al mando de la operación en busca del 'tren del oro nazi', explicó a la cadena de televisión TVP que los trabajos durarán al menos seis días y justificó que se impida el acceso a curiosos a la zona ante la existencia de posibles restos radiactivos, químicos o de armamento sin detonar.
Ésta no es la primera vez que el Ejército participa en los esfuerzos para encontrar el 'tren del oro' nazi, supuestamente perdido en la comarca de Walbrzych (Silesia polaca) en 1945; semanas atrás varias unidades militares ya colaboraron con las autoridades locales en la búsqueda. Durante décadas han circulado rumores en la región sobre un tren nazi blindado y cargado de armas pero también posiblemente de joyas, oro, obras de arte y documentos de archivo, supuestamente desaparecido en la ruta ferroviaria entre Breslavia y Walbryzch.
La región era entonces territorio alemán y después de la II Guerra Mundial pasó a pertenecer a Polonia. A finales de agosto dos cazatesoros, un ciudadano polaco y otro alemán, aseguraron que habían dado con la ubicación del misterioso tren gracias a un mapa dibujado en su lecho de muerte por uno de los soldados alemanes que participaron en la ocultación del convoy ferroviario. Los cazatesoros contactaron entonces con un abogado de esta región polaca para asegurase de recibir el 10% del botín, lo que les corresponde según la ley de Polonia, e informar del hallazgo al Gobierno provincial y a la prensa.
A partir de ese momento, la localidad de Walbryzch se convirtió en centro de atención para la prensa mundial, y cientos de aficionados a la historia, buscadores de tesoros y simples turistas se acercaron a la ciudad polaca en busca del "tren del oro" nazi. Hasta el momento las autoridades polacas no han sido capaces de dar con el misterioso tren y se especula con que podría estar oculto en túneles subterráneos, a decenas de metros bajo tierra. De hecho, la leyenda local sostiene que este tren desapareció cerca de un gigantesco complejo de túneles ideado bajo las montañas de Walbryzch (concretamente cerca del castillo de Ksiaz), en una zona secreta que el mismo Adolf Hitler ordenó construir con fines desconocidos.