REUNIÓN DE LOS PRINCIPALES LÍDERES
La cumbre del G7, con los líderes de EE.UU., Alemania, Japón, Reino Unido, Francia, Italia y Canadá, ha comenzado en el palacio bávaro de Elmau (sur de Alemania), centrada en la economía internacional y con la crisis griega como inevitable referencia.
La canciller alemana, Angela Merkel, ha ejercido de anfitriona de la reunión y ha comenzado la jornada con una entrevista bilateral con el presidente estadounidense, Barack Obama, con quien ha mantenido además un encuentro con ciudadanos en la pequeña localidad alpina de Krün, de apenas 2.000 habitantes.
La primera sesión de trabajo de la cumbre tenía como objetivo analizar la coyuntura económica global y las posibles fórmulas para dinamizarla ante la falta de pegada de los países industrializados y la ralentización de las grandes potencias emergentes.
Más de 22.000 agentes velan por la seguridad de la Cumbre
La canciller alemana y el presidente estadounidense se han presentado como amigos y aliados a pesar de las "diferencias de opinión" que, recordó la líder germana, puede haber entre los dos países. "A pesar de nuestras diferencias de opinión, Estados Unidos es nuestro amigo, nuestro aliado, un aliado esencial con el que cooperamos estrechamente en interés mutuo", subrayó Merkel en un breve discurso al recibir a Obama.
"Hoy celebramos una de las alianzas más firmes que existen en el mundo", subrayó, por su parte, Obama en referencia a la amistad germano-estadounidense, sin aludir a las divergencias últimas entre ambas potencias tras revelarse los programas de espionaje de EEUU en suelo germano.
Obama se mostró agradecido por "la amistad y el liderazgo" de Alemania en la OTAN, en la UE y en el contexto internacional. El presidente estadounidense repasó los ejes de la reunión del G7 y, en concreto, su apuesta por "hacer frente a la agresión de Rusia en Ucrania". Además el presidente norteamericano reconoció que los retos son difíciles, pero, en el 70 aniversario del final de la II Guerra Mundial y 25 años después de la reunificación alemana, puso a Alemania como ejemplo de que es posible realizar grandes avances.
Los líderes han abordado también las principales crisis internacionales en una cena de trabajo. El foco de atención está, según fuentes del Gobierno alemán, en la guerra en Siria, tras los últimos avances del Estado Islámico (EI), y a la crisis de Ucrania, donde los enfrentamientos entre el ejército de Kiev y los separatistas prorrusos se han recrudecido en las últimas semanas.
Éste es el segundo año consecutivo en el que el presidente ruso, Vladimir Putin, no participa en la cumbre del G7, después de que los líderes del G7 decidieran aparcar el formato G8 ante la anexión de Crimea por parte de Moscú. Las sanciones políticas y económicas que Occidente impuso a Rusia por este motivo serán previsiblemente ratificadas en la reunión de líderes de Elmau. La cita se celebra rodeada de extraordinarias medidas de seguridad, con más de 22.000 agentes implicados en el dispositivo diseñado para evitar que los activistas contrarios al G7, un foro de carácter informal que representa al 11 % de la población mundial y un tercio de la economía global.
El dispositivo policial incluye el bloqueo de varias carreteras locales, la reintroducción temporal de los controles fronterizos y el cierre parcial del espacio aéreo en un área de 100 kilómetros de radio alrededor del palacio de Elmau.
El Gobierno alemán y el de Baviera tratan con este despliegue de que no se repitan en este encuentro los altercados violentos que tuvieron lugar en Fráncfort el pasado mes de marzo con motivo de la inauguración de la nueva sede del Banco Central Europeo.