Estados Unidos
Las imágenes del pasado diciembre han sido divulgadas ahora, reabriendo el debate de la brutalidad policial en el país americano. Los policías están acusados por homicidio.
Las imágenes de las cámaras corporales que llevan los agentes de policía de Estados Unidos vuelven a poner de manifiesto el gran problema de la violencia racial en el país americano. En esta ocasión ha sido por la muerte de Sanders, un joven afroamericano de 29 años, desarmado que murió a manos de dos oficiales blancos tras recibir 11 disparos en su domicilio. Este suceso ocurrió el pasado diciembre, pero ahora se ha publicado el vídeo y los dos agentes han sido acusados de homicidio por la fiscalía de Oklahoma.
El joven hizo una llamada de emergencia desde su domicilio. Al lugar acudieron dos agentes de policía. Sanders sale a la puerta para atenderlos y entonces uno de los agentes alza la voz, y Sanders recibe cuatro disparos. Posteriormente, el segundo agente le dispara otras 7 veces cuando el hombre ya se encontraba en el suelo, moribundo. A pesar de su situación, los agentes continúan gritando y amenazando a Sanders, que intenta levantarse pero no puede. Sus últimas palabras fueron "no puedo respirar" e instantes después fallecía a consecuencia de los disparos.
Los agentes de policía alegaron que Sanders llevaba un arma y que esa es la razón del inicio de la trifulca. Sin embargo, gracias a la cámara de los agentes se observa perfectamente cómo lo que en realidad llevaba el joven en sus manos era una gorra de béisbol.
La divulgación de estas imágenes ha reavivado una vez más el debate sobre el racismo policial y la brutalidad de sus agentes después de que el pasado 15 de abril, también salieran a la luz las imágenes de un asesinato a un joven de 26 años, también desarmado.
La brutalidad policial, algo sistemático
Desde que en el año 2020, la muerte de George Floyd en Minneapolis sacara a millones de ciudadanos a las calles en plena pandemia, el movimiento "Black Lives Matter" no ha parado de crecer y los ciudadanos critican cada vez más una brutalidad policial que ya muchos consideran sistemática por la enorme cantidad de casos que salen a la luz.