EN AUSTRALIA

La dura situación de una pareja con síndrome de Down, que desean tener hijos en contra de sus padres

Sus padres están en contra de que la pareja australiana forme una familia porque consideran que no están preparados. "Sería muy difícil para el niño tener unos padres con síndrome de Down, que no puedan tener un trabajo o que no puedan ayudarle con los deberes de matemáticas", reconoce el padre del novio.

Michael Cox y Taylor Anderton son una pareja de jóvenes con síndrome de Down que desean casarse y tener hijos, pero sus padres están en contra porque consideran que no están preparados. Los jóvenes australianos se conocieron hace seis años en una competición de natación y se comprometieron el año pasado en un viaje a América.

"Queremos tener cuatro hijos, vamos a tener tres niñas y un niño", cuenta Michael Cox. "Tener un hijo no es tan difícil. Sé que algunas personas dicen que es un trabajo duro, pero no lo es si todo se basa en el amor", considera el novio.

Mientras, los padres de Michael y Taylor padres aceptan que sus hijos son felices juntos y apoyan su relación, pero son reacios a su objetivo de convertirse en padres. "Que quieran casarse y tener hijos me preocupa", reconoce Catalina, la madre de Taylor, en una entrevista recogida por Daily Mail.

"Sería muy difícil para el niño tener unos padres con síndrome de Down, que no puedan tener un trabajo, que no puedan conducir o que no puedan ayudarle con los deberes de matemáticas", reconoce el padre de Michael. Consideran que esta situación es un 'arma de doble filo'.

La pareja ha decidido preguntar a los expertos sobre los riesgos que podría conllevar tener hijos. Hay muy pocas probabilidades de que una persona con Síndrome de Down se quede embarazada, y si se quedase embarazada, al ser una pareja en la que ambos padecen el síndrome, hay una probabilidad del 50% de que los niños nazcan con síndrome de Down.

"Las personas con discapacidad, como Michael y Taylor, tienen todo el derecho y la libertad de hacer con su cuerpo lo que quieran", ha asegurado el defensor de la discapacidad de Queensland (Australia), Michelle O'Flynn. Defiende que la decisión debe ser suya y no de nadie más.

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