EN ARGENTINA
Marilina Tolón tardó un poco más en salir de la discoteca, se entretuvo buscando su abrigo y sus amigas se fueron sin ella. Eran las cinco de la mañana del 8 de octubre de 2001 y decidió caminar por la Avenida San Martín, en Puan (Argentina), donde fue violada por cuatro hombres.
"Mi hija sufrió, era una chica alegre, siempre sonriendo, todos la querían. Después no tenía ganas de nada. Primero se sentía mal, como culpable o avergonzada. Ella tenía que hablarlo para que pudieran ayudarla, pero no quería. Era algo que se le quedó adentro. Lo llevaba muy adentro", recuerda Susana, su madre.
Marilina ha fallecido 17 años después, sin que se hiciera justicia. A pesar de que ella puso una denuncia, de que la investigación dio por probado el abuso y las pruebas que llegaron a recolectar, los violadores nunca fueron imputados formalmente.
"Había una forma diferente de encarar esos temas. Hoy sabemos que existen otros recursos para avanzar con la investigación. Pero en ese momento, el fiscal que llevaba la causa no encontró elementos para imputar a los denunciados", aclararon en la fiscalía general de Bahía Blanca.
Durante poco más de un año se investigó el caso, desde que la joven puso la denuncia hasta diciembre de 2012, cuando fue archivada. Marilina consiguió identificar a los cuatro hombres, uno de ellos menor de edad. Éste último fue el único que acudió a declarar, los otros tres ni siquiera pisaron la fiscalía.
El pasado 13 de octubre Marilina finalmente falleció a raíz de las secuelas, justo días después de que se cumplieran 17 años de la violación. Según publica el diario Clarín, vivió con angustia, depresión, ataques de pánico, convulsiones y enfermedades que no pudieron diagnosticar.
"Se dijo que sus violadores eran poderosos. Pero no, tenían plata para pagar un abogado y a ella nadie la escuchó, ni la Justicia, ni la Policía, ni la gente del pueblo. Cuando murió Marilina fue como una necesidad de salir a decir basta", asegura Karina, una vecina de Puan que participó en las marchas de repulsa por su muerte.
Según su relato, uno de los agresores le obligaró a entrar en una casa e "inmediatamente conducida a la habitación, forcejando". La cogió del cuello y la tiró sobre la cama: "si gritas te mato", la amenazó. Tras ello, Marilina escuchó voces en un cuarto contiguo, ella pensó que le ayudarían.
No fue así, fueron agrediéndola sexualmente uno por uno. Cuando terminaron de violarla, uno de los agresores la llevó a casa.