Estados Unidos
Rose Kalemba vivió un auténtico infierno cuando tenía 14 años. En 2009 Rose solía salir a caminar sola por la noche en la pequeña localidad estadounidense en la que vivía.
Sin embargo, una noche todo cambió. Un hombre apareció entre las sombras, la amenazó con un cuchillo y la obligó a entrar a un coche. Posteriormente la llevaron a una casa y varios hombres la estuvieron violando durante 12 horas mientras una persona grababa toda la escena.
Los agresores la golpearon y acuchillaron varias veces en las piernas. Después, los hombres amenazaron con matarla. Ella logó convencerles de que si la dejaban libre nunca diría quién fueron sus agresores.
Cuando llegó a su casa se encontró con su padre y varios miembros de la familia. Con la herida de chuchillo todavía sangrando, les explicó lo que le había ocurrido. "Mi padre llamó a la policía, inmediatamente me reconfortó, pero los agentes dijeron que me lo había buscado por salir a caminar tarde en la noche", explica Rose a la 'BBC'.
Los agresores subieron los vídeos a internet
Unos meses después cuando estaba navegando por intenet encontró a varias personas de su escuela compartiendo un vínculo en el que estaba etiquetada. Allí descurbió que sus agresores habían grabado la repugnante escena y lo habían subido a internet. "Los títulos de los videos eran 'adolescente llorando y abofeteada', 'adolescente destruida', 'adolescente desmayada'. Uno tenía 400.000 visualizaciones", recuerda Rose.
En ese momento decidió tomar medidas, se puso en contacto con la página web que había subido el contenido. Sin embargo, nunca contestaron. En ese momento entró en una profunda depresión. Se imaginaba que cada extraño con el que hacía contacto visual habría visto los videos.
No soportaba verse a sí misma. Por eso cubrió todos los espejos de la casa con mantas. Se cepillaba los dientes y bañaba a oscuras, pensando a todas horas en quién estaría viendo los videos. Una día decidió hacerse pasar por un abogado y les envió a la página web un email advirtiendo que los demandaría. En menos de 48 horas desaparecieron los vídeos.
Ahora, tras acudir al psicólogo, se encuentra bien y hace un par de años que escribe en diversos blogs en los que cuenta su experiencia.