SEXO, MENTIRAS Y CELOS
11 de agosto de 2010. Julian Assange participa en un seminario en Estocolmo. A sólo unos metros, las dos mujeres que han conseguido llevarle a la cárcel. En la tribuna, vestida de negro puede verse a Anna Arding. Ella fue la encargada de localizarle y organizar su conferencia en Suecia.
Vestida de rosa y en primera fila, su supuesta segunda víctima. Sofía Wilen, que escucha embelesada al fundador de Wikileaks. Durante los días que estuvo en Estocolmo, Assange terminó en la cama de estas dos mujeres. Según él, con cada una de ellas tuvo sexo consentido. Para las denunciantes, fue violación.
Al parecer, durante la noche que pasó con Arding el preservativo se rompió y Assange se negó a parar. En la cita con Sofia Wilen se habría negado a usar protección. Días más tarde, las dos mujeres que son amigas, hablan por teléfono y deciden poner una denuncia en comisaría. Assange es acusado de un delito de coacción, dos de acoso sexual y otro de violación. El fundador de Wikileaks insiste: todo es un montaje para acabar con él.
"Las dos mujeres están pasando por una situación difícil. De una u otra manera fueron acosadas por Julian Assange". Insiste el abogado de la acusación desde Estocolmo.
Montaje o no, estas dos mujeres han puesto a Assange contra las cuerdas. Un culebrón digno de un libro de espías que podría terminar con Wikileaks. Lo que no ha conseguido hasta ahora Estados Unidos.