EL MURO CON MÉXICO LA MÁS DESTACADA
El presidente estadounidense, Donald Trump, cumple hoy un año en el poder coincidiendo con el cierre parcial de la Administración después de que republicanos y demócratas no lograran un acuerdo en el Congreso para aprobar el presupuesto federal.
"Este es el Primer Aniversario de mi Presidencia y los Demócratas querían darme un bonito regalo", espetó hoy el presidente con ironía en su cuenta de Twitter.
Democrats are holding our Military hostage over their desire to have unchecked illegal immigration. Can’t let that happen!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 20 de enero de 2018
Un año después, el populismo que impregnó ese discurso sigue muy presente en la retórica de Trump, pero no tanto en sus logros, que se ajustan más a los intereses convencionales del partido republicano que a la promesa del presidente de "drenar la ciénaga" burocrática y supuestamente corrupta de Washington
Si algo ha quedado en evidencia, en estos doce meses, es que la mayoría de las promesas de Donald Trump se han quedado en papel mojado. A pesar de haberlo prometido hasta la saciedad, todavía no se ha colocado un ladrillo de esa barrera de 10 metros de altura que quería poner en la frontera con México. La promesa sigue estancada ante la reticencia del Congreso a financiarlo.
Sin embargo, sí hay un muro con el que Donald Trump se ha topado en esta legislatura, el de los tribunales, que le investigan por sus lazos con Rusia y que han tumbado sus iniciativas de más peso. Entre ellas, las referidas a los inmigrantes, a los que acusa de criminales y terroristas. De momento, sus tres decretos migratorios, dirigidos contra los musulmanes, han sido bloqueados.
Tampoco Trump ha logrado derogar el sistema sanitario implantado por Barack Obama. En las filas republicanas se teme que el plan alternativo del presidente ahonde los problemas de asistencia a millones de norteamericanos.
Otro varapalo es que no ha conseguido anular el compromiso de su antecesor para normalizar las relaciones con Cuba y con Irán.
Dentro de sus promesas cumplidas sí que ha reconocido a Jerusalén como capital de Israel y ha sacado a Estados Unidos del Acuerdo por el Cambio Climático.