PODRÁN ESTAR EN EL PAÍS UNOS MESES MÁS
Un juez federal del estado de Míchigan, en el norte de Estados Unidos, ha bloqueado la deportación de más de 1.400 ciudadanos de origen iraquí, lo que implica que podrán permanecer en el país durante varios meses más.
El magistrado Mark Goldsmith ha ampliado la orden judicial que impedía la deportación de los iraquíes, tal y como había solicitado la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) a finales de junio.
La ACLU había instado al juez a ampliar la orden, que bloqueaba temporalmente la deportación de un centenar de iraquíes, para que abarcara a más de 1.000 iraquíes en Estados Unidos.
La asociación ha alertado en reiteradas ocasiones de que muchos de los iraquíes que se encuentran en el país son católicos caldeos, musulmanes suníes o kurdos iraquíes, que pertenecen a grupos minoritarios y que, de regresar, podrían ser "objeto de todo tipo de abusos". Goldsmith ha considerado que aquellos ciudadanos procedentes de Irak que se vean obligados a regresar a su país podrían enfrentarse a la persecución y la tortura.
"El bloqueo temporal de la deportación permite que puedan adquirir asistencia legal y presentarse ante los tribunales antes de ser expulsados del país y ser sometidos a daños irreparables", ha aseverado el juez.
Según las autoridades, 1.444 iraquíes se enfrentaban a órdenes de deportación en Estados Unidos a pesar de que sólo 119 habían sido detenidos por la Policía durante una serie de redadas llevadas a cabo por Inmigración en varios puntos del país.
"El juez está dando una oportunidad realista y significativa para que defiendan sus casos ante los tribunales", ha aseverado la abogada de la ACLU Miriam Aukerman.