IMAGEN DESCONCERTANTE
Se trata de un momento curioso porque Donald Trump no se monta en la limusina, aunque pasa delante de ella. Es más, si no fuera porque es gigante, parecería que no ha visto el vehículo.
Trump camina hacia un lado, buscando el coche en el que debe subirse hasta que alguien le indica que debe volver sobre sus pasos.
Es, como mínimo, un fallo de seguridad, porque el presidente nunca debe caminar sin rumbo, ni aunque sea unos pocos metros.