Si fuera un examen, lo habría suspendido
El presidente de EEUU, Donald Trump, quiere que los tribunales de su país cuenten con más jueces conservadores. Desde hace meses, ha iniciado una campaña para promocionar a los candidatos que son más cercanos a su agenda política. La polémica ha estallado cuando un aspirante a magistrado federal, promovido por el propio Trump, se ha sometido a una entrevista de varios senadores y, si hubiera sido un examen, habría suspendido.
Pregunta tras pregunta, el senador republicano John Kennedy intenta que Matthew Spencer Petersen, nominado por Trump a ocupar un puesto como juez en el tribunal de distrito de Columbia, el de primera instancia, demuestre sus conocimientos de la legislación de Estado. Y, una a una, las titubeantes respuestas vacías de contenido del candidato solo han sido excusas.
El aspirante no tiene ninguna experiencia en las cortes de justicia estadounidenses. Hasta ahora era responsable en la Comisión Federal Electoral, y antes de eso trabajó como abogado en un despacho.
Su ignorancia ante los senadores también ha quedado evidenciada en las redes sociales. Otro de los entrevistadores, un senador demócrata, ha difundido el cuestionario a través de Twitter.
De momento, su ridículo no ha hecho que retire su candidatura. Pero sí ha abierto el debate sobre si puede actuar como magistrado federal solo por tener el respaldo de Trump.