EL PRIMERO DESDE 2013
La Cámara Baja aprobó con 230 votos a favor y 197 en contra los fondos para financiar al Gobierno hasta febrero, pero todavía falta el visto bueno del Senado. Según indicaron fuentes de la Cámara Alta, los demócratas del Senado dicen contar con los votos suficientes para bloquear la propuesta presupuestaria republicana que ya aprobó la Cámara Baja, habida cuenta de que no incluyen sus principales demandas, como una solución definitiva para los jóvenes indocumentados conocidos como "soñadores".
Las negociaciones sobre el acuerdo migratorio, que rozaban el éxito la semana pasada, saltaron por los aires tras una reunión con el presidente Donald Trump, aumentando la tensión entre demócratas y republicanos. Aquel acuerdo bipartidista, que fue presentado de igual forma por el grupo de los seis senadores que lo conforman, en principio cumple con los requisitos planteados por el multimillonario, entre los que se encuentra una solución para los "soñadores", más inversión en seguridad fronteriza, el fin de la "lotería de visados" y no promover "la inmigración en cadena" mediante reagrupación familiar.
El texto de la Cámara Baja que rechazan los demócratas del Senado financiaría el Gobierno hasta el 16 de febrero, incluyendo una extensión de seis años de los fondos para el Programa de Seguro Médico para niños (CHIP, por sus siglas en inglés). Esa, una de las demandas de los republicanos más moderados y también de los demócratas, aleja los votos de los ultraconservadores, aunque para convencer a estos últimos también se introdujeron recortes para los aportes a la ley de salud implementada por el expresidente Barack Obama.
Los senadores demócratas han aumentado la presión sobre los republicanos y la Casa Blanca para aprobar un acuerdo migratorio bipartidista junto a los presupuestos que incluya un camino a la ciudadanía para los 800.000 jóvenes indocumentados conocidos como "soñadores", cuyo alivio de la deportación expira en marzo por orden de Trump.
En caso de que el Congreso no llegue a un acuerdo, se producirá un cierre del Gobierno parcial, el primero desde el año 2013, y coincidirá con el primer aniversario de la toma de posesión de Trump como presidente mientras los legisladores calientan motores para las elecciones legislativas de noviembre.