ESTADOS UNIDOS
Donald Trump es constantemente acusado de hacer comentarios racistas, ahora la tensión ha aumentado.
La economía estadounidense se mantiene a flote por lo que Donald Trump no tiene peligros acuciantes ni fuera ni dentro del país. Sin embargo, donde más capital político cree que puede ganar es, pese a la polémica que suscita, en todo lo que tenga que ver con inmigración y con la raza.
No obstante, puede que Trump no se equivoque ya que los suyos están de acuerdo con él pero el bando contrario no se pone de acuerdo en hasta donde llegar con estas políticas.
La cámara de representantes de Estados Unidos condena por primera vez las palabras del presidente Donald Trump. "Son una vergüenza, repugnantes y racistas", así definía el discurso de Trump la Nancy Pelosy, la líder demócrata.
Los republicanos también estaban indignados y el líder de este partido, indignado ante tal barullo polémico, aseguraba: "Ustedes solo quieren pelear. Yo me voy".
Donald Trump invitó a cuatro congresistas demócratas a volver a sus supuestos países de origen, aunque ellas son estadounidenses. Además el presidente asevera que sus tuits no son racistas y añade en defensa propia que "ellas han dicho cosas horribles sobre nuestro país".
Sin embargo, a ningún congresista anglosajón se la había invitado nunca antes a irse del país. Lo curioso en este caso es que los republicanos defienden en bloque a Trump, pero los demócratas están más que divididos: están los que quieren condenarle y pasar página y los que han presentado una petición para la destitución de Trump, pero hasta el momento, no presentan ningún apoyo.