COLOMBIA | SECUESTRADOS DESDE HACE TRECE AÑOS
La guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) liberó este lunes a los diez uniformados que tiene en su poder desde hace más de trece años. La misión humanitaria que recogió a los últimos diez secuestrados de las FARC tuvo que esperar unas cuatro horas a que llegara la guerrilla al punto acordado, pero se encontró con la sorpresa de que los rebeldes les entregaron a todos los cautivos, y no a la mitad como se había dispuesto.
Así lo reveló Piedad Córdoba, quien hizo parte de la misión con Olga Amparo Sánchez, integrante del colectivo que lidera, Colombianas y Colombianos por la Paz (CCP), y dos delegados de la Cruz Roja Internacional.
Los garantes aterrizaron con el helicóptero brasileño hacia el mediodía en un pequeño caserío llamado Mocuare, en el sureño y selvático departamento colombiano del Guaviare, recordó la exsenadora.
"La guerrilla, muy impuntual. No había sino dos personas", indicó la exsenadora, al admitir que "hubo momentos muy críticos entre las doce y las cuatro de la tarde porque no sabíamos si venían o no venían" los guerrilleros. Córdoba destacó la "solidaridad" de la gente del pueblo, que a pesar de "su falta de recursos" trató de consolar la ansiedad de la espera de la misión invitándoles a comer un sancocho de gallina (guiso típico).
Fue hacia las 16.00 hora local (21.00 GMT) cuando vieron llegar una "chalupa" (canoa) y, con todo el pueblo, se aproximaron a recibirles, pero se dieron cuenta que a bordo sólo iban una mujer y un hombre de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Decepcionados, regresaron al caserío, y tuvieron que esperar otra media hora para ver una nueva barcaza con doce personas que se aproximaba en la orilla y en la que ya se encontraban los cuatro militares y los seis policías que la guerrilla iba a entregar.
"Llegaron y los abrazamos", recordó Córdoba emocionada antes de destacar que traían "muchas cosas, demasiadas", entre ellas una mascota: el pecarí que cargaba el intendente de la Policía Nacional Wilson Rojas Medina, el benjamín del grupo.
Las FARC tenían en su poder desde hace más de trece años a un grupo de diez policías y soldados a quienes pretendían intercambiar por rebeldes presos en las cárceles colombianas. En febrero, los jefes guerrilleros anunciaron la liberación de estos diez rehenes y el cese definitivo de los secuestros, práctica que mantuvieron durante casi cinco décadas con fines políticos y económicos.