LOS RESULTADOS, SOBRE LAS 20:00 HORAS

Diez millones de griegos tienen en sus manos su futuro y el de 500 millones de europeos

Europa contiene la respiración ante lo que pueda deparar el dramático referéndum que Grecia celebra este domingo, un 5 de julio que se prevé histórico. La consulta marcará un antes y un después en la Unión Europea. El Gobierno de Alexis Tsipras insiste en reclamar el 'no' para negociar un mejor acuerdo, mientras la oposición pide el 'sí' para evitar la quiebra del país y su salida del euro.

Los griegos están llamados este domingo a las urnas en un referéndum convocado de manera apresurada por el primer ministro, Alexis Tsipras, y en el que está en juego el futuro del país tanto dentro de la UE como del euro, aunque el Gobierno insiste en que lo único que está en juego es su capacidad para negociar un mejor acuerdo. El viernes pasado, y para sorpresa de muchos, incluidos los propios griegos, Tsipras anunciaba que sometería a referéndum la última propuesta formulada por la UE, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para que Grecia pudiera resolver sus problemas de liquidez y afrontar los pagos de deuda pendientes.

El anuncio, además de provocar la ruptura de las conversaciones con las instituciones para cerrar un acuerdo, hizo que el BCE congelara su programa de liquidez para los bancos griegos, empujando al Gobierno a ordenar el cierre de todos los bancos del país con el fin de evitar la fuga de capitales. Así las cosas, los griegos amanecieron el lunes con la noticia de que solo podrán sacar hasta el próximo lunes 60 euros diarios de los cajeros automáticos, medida que sin embargo no será aplicable a los turistas, sector clave de la maltrecha economía helena.

En el caso de los jubilados, muchos de los cuales carecen de tarjetas bancarias, se tuvo que adoptar como medida de emergencia la decisión de abrir un millar de sucursales bancarias el miércoles para que estos pudieran cobrar un único pago de 120 euros de sus pensiones. En definitiva, los ciudadanos sufren los efectos del 'corralito'.

Así las cosas, aunque lo que votan este domingo los griegos es la última propuesta de la antigua 'troika', lo cierto es que la consulta ha pasado más a ser un referéndum entre Europa sí o no, o entre Gobierno sí o no. Desde el Gobierno, Tsipras, y con él su popular ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, han dejado claro que el 'no' no supone una salida inmediata de Grecia del euro y la UE, sino que deja al país en una mejor situación de fuerza para negociar un acuerdo más ventajoso con las instituciones. Además, ambos, en el caso del ministro de forma mucho más explícita, han ligado su futuro al resultado de la consulta.

Mientras, desde la oposición, los principales partidos --el centrista To Potami, el consevador Nueva Democracia y los socialistas de PASOK--, piden el 'sí', al igual que los principales líderes europeos, puesto que consideran que la victoria del 'no' sería un rechazo a Europa y conllevaría la salida del país de la moneda única.

Los sondeos daban a comienzos de semana una ventaja considerable al 'no' pero con el paso de la semana el 'sí' ha ido cobrando fuerza hasta el punto que este viernes los últimos sondeos le han dado una ligera ventaja, aunque ofrecen una imagen de país claramente dividido.

Una pregunta larga y enrevesada en la papeleta

Los griegos, además, siguen sin tener muy claro qué es lo que votan exactamente. En la papeleta se encontrarán con la siguiente pregunta: "¿Debe ser aceptado el borrador de acuerdo que presentaron la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional en el Eurogrupo del 25 de junio 2015 y que consta de dos partes, que conforman su propuesta unitaria? El primer documento se titula 'Reformas para la finalización del vigente programa y más allá' y el segundo 'Análisis preliminar de la sostenibilidad de la deuda'".

En primer lugar en las papeletas, algo que también ha sido criticado, aparece la casilla del 'no', dejando claro que esta opción significa que "no se aprueba", mientras que debajo aparece la casilla del 'sí', precisando que con ello "se aprueba" la citada propuesta, que las instituciones ya han dejado claro que ha quedado obsoleta.

La votación de este domingo será la cuarta vez que los griegos acudan a las urnas desde que se produjo el primer rescate en 2010. El referéndum es, sin embargo, el primero en el país desde que en 1974 los griegos decidieron por el 69 por ciento de los votos abolir definitivamente la monarquía.

Los colegios electorales abrirán sus puertas a las 7:00 horas y cerrarán a las 19:00 horas, salvo que se decida prolongar en hasta dos horas el voto, algo legalmente posible. Así, los sondeos a pie de urna podrían salir en los minutos posteriores al cierre de las urnas, mientras que los primeros resultados oficiales podrían conocerse a partir de las 20:00 horas locales, una hora más en España. Para que el resultado sea vinculante deben participar al menos el 40 por ciento de los electores.

Al menos medio millón de griegos sin embargo, no podrán pronunciarse en esta ocasión, a menos que consigan volver a su país antes del domingo, ya que la legislación helena no permite el voto desde el extranjero. Según el portal euractiv.com, que cita los datos de Eurostat, desde el inicio de la crisis en 2006-2007 unos 505.000 griegos han salido del país, si bien la cifra sería mucho mayor ya que no hay datos de varios de los años.

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