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Diecinueve muertos en Estambul en apenas 48 horas por ingerir alcohol adulterado

Desde el hospital aseguran que el número de víctimas podría seguir aumentando.

Imagen de archivo de una ambulancia en EstambulEuropa Press

En tan solo dos días, diecinueve personas perdieron la vida en Estambul tras haber consumido bebidas alcohólicas ilegales. La mayoría de las víctimas son extranjeras, según confirman medios turcos, aunque también figuran entre los fallecidos algunos ciudadanos locales.

El diario BirGun apunta que 38 personas, 26 de ellas extranjeras, fueron ingresadas el martes en varios hospitales, todas con signos graves de intoxicación. "Pese a los esfuerzos del personal médico, once de los hospitalizados no pudieron ser salvados", indica un portavoz del Hospital Samatya. Entretanto, el rotativo Cumhuriyet revela que muchos de los fallecidos eran turcomanos y que el supuesto licor adulterado se había distribuido entre ciudadanos de la misma nacionalidad en un centro de trabajo.

Con el paso de las horas, la lista de víctimas mortales se ha ampliado a seis personas más, elevando la cifra a diecinueve. "El número de víctimas podría seguir aumentando", advierte el director de urgencias de uno de los hospitales, "puesto que algunos pacientes se hallan en estado crítico en la unidad de cuidados intensivos".

Además, un grupo indeterminado de afectados ha perdido la visión. No se descarta la posibilidad de que existan más casos no contabilizados que podrían aparecer en los próximos días.

Redada policial y el cierre de establecimientos

La policía turca inició de inmediato una investigación para esclarecer la procedencia de las bebidas falsificadas. Dos personas han sido detenidas tras confirmarse que producían alcohol adulterado en una vivienda cercana a la zona donde murieron las víctimas. Durante las inspecciones, los agentes incautaron 50 litros de licor de contrabando, 36 pastillas narcóticas, resina de opio, documentos de identidad falsos y abundantes fármacos. "En una operación policial se clausuraron 63 lugares de venta ilegal de alcohol", anunció el gobernador de Estambul, Davut Gül.

Por su parte, la Fiscalía ha abierto diligencias contra dos sospechosos: "Se acusa a los sospechosos turcomanos Agazhan O. y Amangul D. de homicidio negligente, narcotráfico, producción y venta de alcohol adulterado, posesión no autorizada de medicamentos, tráfico de personas y falsificación de documentos", puntualiza Cumhuriyet. Se considera que su fabricación casera y la comercialización clandestina del licor habrían provocado el fatal desenlace.

Según la Plataforma para la Vigilancia de las Políticas del Estado sobre el Alcohol, los altos impuestos y las fuertes restricciones en Turquía fomentan la producción clandestina y el consumo de productos de dudosa procedencia. El raki, por ejemplo, licor nacional, a menudo se elabora en los hogares para evitar pagar su elevado precio en tiendas: "Una botella de 70 centilitros se vende alrededor de 1.000 liras (27 euros), de las cuales un 61% son impuestos".

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