Reino Unido
La madre del niño dice que el pequeño "tenía un dolor constante" y que los médicos dijeron que era un tirón muscular, "era cáncer en etapa 4".
Una madre de un niño pequeño de cuatro años de Reino Unido advierte a los padres que sigan sus instintos después de un erróneo y fatídico diagnóstico de los médicos. Dijeron que su hijo Huey, quien presentaba dolores constantes, tenía un tirón muscular. La madre revela la terrible verdad: "era cáncer en etapa cuatro".
Huey tiene un neuroblastoma y necesita 18 meses de tratamiento. Es un tipo de enfermedad que afecta en su mayoría a niños menores de 5 años y que se origina a partir de células nerviosas inmaduras en varias zonas del cuerpo. Los padres del pequeño han denunciado su historia en los medios británicos. Aseguran para 'Daily Star' que el tratamiento es "infernal".
El diagnóstico final se produjo cuando Rachel, la madre del niño, se negó a abandonar el hospital hasta que le realizasen pruebas a su hijo. "Tuvo el presentimiento" de que algo andaba muy mal con Huey cuando se quejó de dolor, comenzó a caminar de manera diferente y se volvió lento. "Eran solo pequeñas cosas, pero empeoraron persistentemente. Fui al médico un par de veces pero me dijeron que probablemente se había desgarrado un músculo".
Revela en el medio inglés que "en una ocasión fui al hospital y les pedí que lo miraran pero me dijeron lo mismo. Pero insistí en que algo no estaba bien y me negué a irme". "Estaba en 'modo mamá'. Tuve un presentimiento, y es la única vez que quería estar equivocado. Luego se realizaron más pruebas y quedó claro que de repente vieron el problema".
Cáncer en etapa cuatro
El niño se encuentra bajo los cuidados de los sanitarios del Hospital de Southampton, al sur de Inglaterra. Agradecen que el trato "ha sido increíble", aunque Huey se encuentra en la etapa más avanzada del cáncer. Su padre viaja todos los días más de 60 kilómetros para ver al pequeño al hospital, que se encuentra junto a su madre en todo momento.
Desde 'gofundme' se ha creado una página para recaudar dinero en ayuda a la familia británica que recibió un diagnóstico erróneo con un resultado fatal para su hijo.