Narcotráfico
Tras 28 años de encierro, consiguió escapar y desaparecer del mapa hasta hace unos días. Rafael Caro Quintero, 69 años, era el fugitivo más buscado por la Agencia Antidrogas de Estados Unidos.
Antiguo líder y fundador del cartel de Guadalajara, debía haber cumplido una pena de 40 años en prisión, pero salió antes de tiempo. Ya vuelve a estar entre rejas. Era conocido como el narco de los narcos, ya que fue uno de los principales en la década de los 80 y uno de los primeros en enviar droga a gran escala a Estados Unidos.
La Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) se la tenía jurada y Estados Unidos había puesto precio a su cabeza, 20 millones de dólares por dar con el capo de los capos. Quintero ya ha sido detenido en Chihuahua, una detención en la que han muerto 14 agentes en un accidente de helicóptero.
Fugitivo desde 2013, aprovechó un error judicial para salir de prisión y desaparecer del mapa hasta ahora, donde la policía le volvió a encontrar la pista. Ahora intentará luchar por su extradición desde Estados Unidos.
Se le acusa de secuestrar y torturar hasta la muerte en 1985 a Enrique Camarena, un agente infiltrado de la DEA. Camarena sufrió fracturas en el cráneo, la cara y las costillas, quemándole también con una picana eléctrica. 30 horas de tortura en las que lo mantuvieron consciente para que el sufrimiento fuera mayor. Su cuerpo fue encontrado un mes después. Lo habían violado. La orden de todo lo anterior fue dada por el propio Rafael Caro.
A sus 69 años, el capo, vuelve a prisión. Mientras, Estados Unidos investiga quién traicionó al agente infiltrado.