En Estados Unidos
La Policía de Alburquerque, en Estados Unidos, no daba crédito a lo que veían sus ojos. Un bebé recién nacido acababa de morir después de que su madre, presuntamente, le inyectara una dosis de heroína.
Fue el padre quien dio la voz de alarma a las autoridades. Supuestamente, su mujer acababa de dar a luz cuando este se encontraba regresando de un viaje. Tras intentar contactar con ella en numerosas ocasiones sin éxito, el hombre optó por llamar a la Policía, que se presentó en la caravana donde ambos residían.
Al llegar, los agentes notaron un fuerte olor en el vehículo. Cuando accedieron al interior, encontraron una bolsa de basura al lado del inodoro donde se encontraba el cadáver del bebé.
La mujer explicó que se desmayó por "el dolor del parto" después de que el bebé naciera sin vida. Sin embargo, los agentes notaron algo extraño en la conducta de la madre muy similar al de las personas que acaban de consumir heroína. "Sus declaraciones eran inconsistentes y no tenían sentido lógico", informó la autoridad.
El padre, superado por la situación, desveló que le habían asegurado que la madre habría inyectado al bebe una dosis de heroína para "evitar que el bebé tuviera síntomas de abstinencia".
Los resultados de la autopsia determinarán la condena que pese en un futuro sobre la detenida.