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Una mujer de Míchigan, EEUU, ha sido detenida tras quitarle el teléfono móvil a su hija adolescente como castigo por su comportamiento en la escuela y sin saber que acabaría denunciándola por ello.
La madre decidió quitarle el móvil a su hija al ver que estaba dejando de lado sus estudios por estar demasiado pendiente de su smartphone. Un día que estaba en casa amamantando a su bebé de cuatro semanas, un agente llamó a su puerta y le dijo que debía arrestarla por cometer un delito menor de robo.
May fue llevada a una celda donde estuvo dos horas hasta que pagó una fianza de 200 dólares.
Al parecer, su exmarido la denunció por quitar el móvil, a la hija que ambos tienen en común, ya que el terminal está puesto a su nombre. La mujer tuvo que ir a juicio, aunque el fiscal desestimó los cargos al saber que le había retirado el teléfono como casrtigo.