Estados Unidos
Los devastadores tornados en el este de Estados Unidos han provocado al menos un centenar de víctimas y numerosos destrozos.
La zona este de Estados Unidos vive un momento muy crítico en lo que a fenómenos naturales se refiere. Una devastadora ola de tornados en los últimos días ha azotado con fuerza el estado de Kentucky, llegando a provocar más de un centenar de muertos, según confirmó el gobernador estatal, el demócrata Andy Beshear. Una cifra que podría ascender en las próximas horas.
Los tornados no solamente han acabado con numerosas vidas. También han provocado la destrucción total de casas, comercios y regiones enteras donde ahora sus habitantes no tienen nada. Lo han perdido absolutamente todo y no saben cómo seguir hacia adelante. Únicamente les queda reconstruir lo que ahora han perdido, con la esperanza de que todo vuelva a ser como antes.
Kentucky ha sido el epicentro de una devastación que también ha afectado a otros estados como Arkansas, Illinois, Misuri, Mississippi o Tennessee, quienes se han llevado una parte menos destructiva pero también considerable de los efectos de una maldición climática cuyos habitantes tardarán mucho tiempo en olvidar.
Familias desesperadas
Antena 3 Noticias ha viajado hasta el lugar de los hechos. Allí, nuestro corresponsal José Ángel Abad ha podido conversar con algunos de los vecinos de la 'zona cero' en Kentucky. Es el caso de un padre de familia con sus dos hijos, quien, entre lágrimas, apenas puede hablar: "Nos hemos quedado sin nada. Esto es muy duro", confiesa junto a sus hijos.
Precisamente, la hija de este hombre también ha hablado ante el micrófono, asegurando que tenía "mucho miedo" cuando vio todo lo que estaba ocurriendo. Nuestro corresponsal José Ángel Abad trata de consolarla mientras le dice "has sobrevivido, ha sido muy fuerte", algo que ella corrobora: "Muy fuerte".
Los demás vecinos también observan desconsolados lo que eran sus casas, y empiezan a ser conscientes de que, en muchos casos, tocará empezar de cero. Mientras tanto, las morgues de Kentucky están saturadas ante el incremento de víctimas mortales y ya casi no hay espacio para poder llevar los cadáveres antes de darles sepultura.