ENTRE LOS CRÁNEOS HABÍA UN BEBÉ
Arqueólogos suecos han descubierto al sur del país restos humanos del Mesolítico en una insólita tumba submarina de hace 8.000 años, con evidencias de cráneos que fueron expuestos sobre postes.
En su artículo publicado en la revista 'Antiquity', el grupo liderado por la Universidad de Estocolmo describe el sitio donde se encontraron los restos, la condición de los restos y también ofrece algunas posibles explicaciones de los medios por los cuales los restos llegaron al enterramiento bajo el agua.
Las personas que vivieron durante el Mesolítico fueron cazadores-recolectores, por lo que el sitio del entierro y sus contenidos resultan sorprendentes. En el momento de su uso, el sitio de enterramiento habría estado en un fondo de lago poco profundo cubierto con piedras apretadas sobre las que se habían depositado los restos humanos. Los restos eran todos cráneos, excepto un bebé.
Las calaveras adultas (excepto una) carecían de huesos de mandíbula, y al menos dos de los cráneos mostraban evidencia de un golpe de palo a través de la abertura en la base a través de la parte superior del cráneo, normalmente asociada con la colocación de una calavera para asustar a los enemigos.
Pero los cazadores-recolectores no eran conocidos por exhibir cráneos o participar en horribles rituales funerarios. En cambio, eran conocidos por deshacerse de sus muertos de maneras sencillas y respetuosas.
La tumba se encontró en lo que ahora es el sur de Suecia, cerca de un sitio arqueológico conocido como Kanaljorden. Los arqueólogos han estado trabajando en el sitio desde 2009, pero no fue hasta 2011 que se encontraron los primeros restos humanos.
Hasta la fecha, los investigadores han encontrado los restos de 11 adultos. En otra sorpresa, el equipo descubrió que todos los cráneos adultos presentaban signos de trauma: cada uno había sido golpeado en la cabeza varias veces. Pero el trauma fue infligido de manera diferente según el género. Los hombres fueron golpeados en la parte superior o cerca de la parte frontal de la cabeza, mientras que las mujeres generalmente eran golpeadas desde atrás. Sin embargo, ninguna de las heridas parecía mortal, aunque sin el resto del cadáver resulta imposible identificar qué les mató.
Los investigadores no pueden ofrecer una explicación de lo que han encontrado en el sitio, aunque sugieren que es posible que las víctimas hayan muerto o hayan sido asesinadas en otro lugar y luego hayan sido transportadas al sitio del entierro. Posiblemente porque se consideraron excepcionales de alguna manera.