MÁS DE 2.000 ANIMALES RESCATADOS
Las autoridades judiciales de Nueva York desmantelaron la mayor red de peleas de gallos y apuestas detectada en el estado y una de las mayores de Estados Unidos, con más de 2.000 animales rescatados y nueve detenidos, todos ellos latinos.
En la operación 'Angry Bird', realizada esta fin de semana en varias zonas de la ciudad de Nueva York y del estado, fueron arrestadas más de sesenta personas que participaban como espectadores y apostantes en una pelea de gallos en el barrio de Queens. "Las peleas de gallos son una forma brutal de crueldad animal que está vinculada a otros delitos y mi oficina seguirá trabajando para capturar y enjuiciar a los responsables", afirmó el fiscal general del estado de Nueva York, Eric Schneiderman, en un comunicado.
Además del daño que sufren los animales, las peleas de gallos atraen otro tipo de delitos relacionados con el crimen organizado, como las apuestas ilegales y el tráfico de armas y de drogas, según la fiscalía. La operación comenzó en la noche del sábado pasado con una redada en un local que albergaba peleas de gallos ilegales en Jamaica Avenue, en el barrio de Queens, en la que se detuvo a setenta personas (seis por llevar gallos para pelear) y el resto por espectadores y apostantes, además de que se incautaron 65 animales.
El lugar había estado celebrando peleas bimensuales al menos desde mayo del año pasado, cuando comenzó a ser investigado por las autoridades. Al mismo tiempo, los investigadores de la Unidad contra el Crimen Organizado ejecutaron una orden de allanamiento en una tienda de mascotas en Brooklyn, en cuyo sótano encontraron cincuenta aves de pelea, que se encontraban en mal estado y con características de haber sido criados, entrenados y modificados para pelear.
El propietario de la tienda, Jeremías Nieves, de 74 años, fue detenido, precisó el comunicado. Finalmente, el domingo por la mañana agentes de la OCTF y de la policía del condado de Ulster allanaron una granja en una zona rural, donde recuperaron más de 2.000 gallos y pollos, según indicó un portavoz de la fiscalía del estado.
La finca había funcionado durante años con el pretexto de ser una granja de aves de corral, y sus propietarios escondían cientos de jaulas improvisadas en el centro de la propiedad para evitar ser detectados por los vecinos y la policía. Fueron arrestados el capataz de la granja Manuel Cruz, de 60 años, y su ayudante Jesús Cruz, de 37.