LIBRE DE ARNÉS
Un noruego desafía la gravedad y se eleva a más de 600 metros de altura sobre una montaña, o incluso en un globo estático. Y todo, por obtener la combinación perfecta entre arte y naturaleza.
El autor, asegura, que primero comienza imaginándose las acrobacias reflejándolas en un papel, y luego las pone en práctica. El resultado, son unas impresionantes acrobacias en las que Eskil parece asomarse al abismo.
"La gente me decía que estaba loco, que un día me iba a caer y me iba a morir", confiesta el noruego.
Grandes paisajes del mundo han sido ya escenario de sus creaciones. Desde Los Fiordos Noruegos hasta la Gran Muralla China, no ha querido perderse ningún rincón importante del mundo sin dejar su huella. Sin embargo, parece que Eskil no se conforma con lo que ha hecho hasta ahora y ya está pensando en su próximo reto: 838 metros de altura, sobre el el edificio más alto del mundo.
Libre de arnés y con la seguridad en la mente, este noruego ha convertido el equilibrismo en todo un arte.