DENUNCIÓ A LA POLICÍA EN REITERADAS OCAsIONES

Las continuas agresiones que la madre del neonazi de Charlottesville sufrió de su hijo

Samantha Bloom, que es discapacitada y usa una silla de ruedas, explicó que su hijo, el autor del ataque racista de Charlottesville, la pegaba en la cabeza y la amenazaba con golpearla más cuando ella le ordenaba que dejara de jugar a los videojuegos.

Samantha Bloom, la madre de James Fields, el neonazi que este sábado mató a una mujer en Charlottesville (EEUU), contactó con la Policía al menos en dos ocasiones por la actitud y las amenazas del joven en el ámbito familiar, según recogen medios locales.

La primera llamada fue en 2010, cuando Fields, que ahora tiene 20 años, era apenas un adolescente. En ella, Bloom, que es discapacitada y usa una silla de ruedas, explicó que Fields la pegó en la cabeza y que la amenazó con golpearla más después de que ella le ordenase que dejara de jugar a los videojuegos. La madre, que se encerró en el baño para llamar, dijo que el joven se estaba medicando para controlar su temperamento.

En la segunda llamada, en octubre de 2011, Bloom dijo que Fields tenía una actitud "muy amenazante hacia ella" y que no se sentía "con el control de la situación". Un mes después, la Policía regresó al domicilio cuando una persona cuya identidad no ha trascendido les alertó de que Fields le había escupido a Bloom en la cara, que la había amenazado con un cuchillo y que ella quería que lo ingresaran en un hospital.

Según el periódico The Washington Post, después de esta llamada, Fields estuvo internado una temporada en un centro de detención juvenil. Fields participó este sábado en una protesta de neonazis en oposición a la decisión del alcalde de Charlottesville de retirar una estatua en honor a un general de la Confederación.

Después, el joven, que viajó desde Ohio para la protesta, arrolló con su vehículo a una multitud que participaba en una manifestación antirracista. En el suceso murió la joven Heather Heyer, de 32 años, y resultaron heridas 20 personas. Más tarde fue detenido. Un juez denegó este lunes establecer una fianza y el fiscal general de EEUU, Jeff Sessions, dijo que el caso se investiga como un crimen contra los derechos civiles.

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