ELLA EN EL JUICIO INSISTIÓ EN SU INOCENCIA
El crimen se cometió en 1997 y Susan fue condenada como culpable con un único testimonio como prueba. Se trata del relato que ofreció en el juicio en 1998 Patti, "un mentiroso habitual" que afirmaba que Mellen le había confesado su participación en el asesinato.
Un pequeño abogado consiguió reabrir el caso al descubrir el carácter del testigo y según publica Los Angeles Times consiguió localizar a uno de los tres presuntos sospechosos iniciales del crimen. Este hombre realizó la prueba del polígrafo en la que admitió que esta presente durante el asesinato pero que no fue Mellen la autora, según se expone en los documentos de la corte presentados por el letrado O'Connor.