Ecuador
El presidente Daniel Noboa se ha mostrado contundente ante el conflicto armado interno que vive el país y ha planteado, como medida de contención, expatriar a reclusos de países vecinos de las cárceles ecuatorianas.
La ciudad de Quito amanecía con calles poco transitadas, los negocios cerrados y los que han intentado levantar la persiana apenas reciben clientes. A esto se suman los militares que patrullan por la ciudad a pie, y parando el tráfico en carretera, en busca de terroristas. Son las consecuencias del conflicto armado interno que está sufriendo Ecuador y que ha propiciado que desde el pasado martes los ecuatorianos vivan en en estado de excepción declarado por el Gobierno. "No negociaremos con terroristas", decía Daniel Noboa, presidente del país.
Ecuador vive una ola de violencia sin precedentes que buscan atajar desde la raíz. Una de las medidas que han tomado ha sido la propuesta de deportar a presos de países vecinos de las cárceles nacionales. "Entre colombianos, venezolanos y peruanos es el noventa por ciento de la población extranjera que tenemos en las cárceles", afirmaba el presidente. Le declaraba así la guerra a las mafias y asegura que estos presos suponen la mayor parte de la problemática que afrontan desde el país.
Así reproducía el presentador ecuatoriano, José Luís Calderón, las palabras de los terroristas que asaltaron un canal de la televisión nacional y le colocaron un explosivo en el bolsillo de la chaqueta. Todo esto mientras se emitía todo por el canal habitual, los asaltantes armados obligaban a los rehenes a lanzar mensajes a la policía a través de ellos. Las Fuerzas Armadas de Ecuador ya han abatido a cinco terroristas y más de 300 han sido detenidos.
Un juez ha dictado prisión preventiva a once de los trece asaltantes a TC Televisión, que ya han sido detenidos.
Mientras, en los países vecinos, Perú ha oficializado el estado de emergencia durante sesenta días en cinco regiones que son frontera con Ecuador. Toman esta medida para mantener el orden interno y fortalecer la seguridad ante la oleada de violencia que se vive en territorio ecuatoriano.