Afganistán
Las mujeres han perdido por completo toda la independencia y autonomía desde que los talibanes tomaron Kabul.
El 15 de agosto de 2021 los talibanes llegaban al poder en Afganistán. Este régimen ha hecho desaparecer a las mujeres de la vida pública. Al menos 1.400.000 niñas han tenido que abandonar la escuela secundaria, así como dejar de conducir ni andar por la calle sin velo.
Este régimen defiende el cumplimiento de la sharía como "prioridad principal", un sistema que ha llevado al país a una gran pobreza, así como a una violación de los derechos humanos. Al menos 70 decretos y directivas se han emitido desde entonces
Da igual la edad, tanto niñas como mujeres, se han visto obligadas a cambiar sus vidas. Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU) constituyen un apartheid de género. Estas son algunas de las restricciones que tienen interpuestas desde que los talibanes tomaron Kabul:
La ONU Mujeres de Afganistán asegura que, a raíz de estas restricciones, el 98% de las mujeres sienten "limitada o nula" la toma de decisiones en sus comunidades, y el 68% tienen problemas de salud mental.
Mahtab Eftekhar es una niña afgana cuya infancia fue arrebatada por un matrimonio forzado. Su relato es desgarrador e ilustra las duras realidades que enfrentan muchas mujeres en Afganistán.
A la edad de 10 años, Eftekhar recibió la impactante noticia de que viajaría a la provincia de Helmand para la boda de su hermano. Sin embargo, lo que desconocía era que sería su propia boda, ya que su familia había arreglado su matrimonio con su primo y la vendió por una suma de 40.000 afganos, aproximadamente 500 libras esterlinas, sin su conocimiento ni consentimiento.
Esta dolorosa experiencia marcó el comienzo de una pesadilla para ella. Después de la boda, se encontró en una situación aterradora, casada con su primo sin entender completamente lo que estaba sucediendo. En los años siguientes, enfrentó el trauma del matrimonio infantil y la tragedia de perder a algunos de sus hijos prematuramente debido a la falta de atención médica adecuada por parte de la familia de su esposo.
A pesar de las dificultades, Mahtab encontró fuerzas para huir de su esposo que la maltrataba y buscar ayuda en la casa de su madre en Kabul. Con el tiempo, logró establecerse en la ciudad y construir una nueva vida para ella y sus hijos, centrando sus esfuerzos en la educación de su hija Zahra y buscando oportunidades laborales para mantener a su familia.
"En esta época también tomé cursos de sastrería y belleza que me llevaron a conseguir trabajo en un salón cercano. Comencé con tareas básicas como recortar las cejas y finalmente abrí mi propio salón de belleza en Kabul", explica en una entrevista para 'The Gardian'.
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