Alemania
Este domingo hace exactamente 15 años que Angela Merkel se convertía en la primera mujer que tomaba posesión como canciller de Alemania. Siendo además, con 51 años, la persona más joven que asumía la jefatura del gobierno alemán.
Esta científica, doctora en física, se convirtió en la primera canciller de la historia de Alemania. Ahora enfila su último año de mandato con la popularidad al alza por su gestión de la pandemia. El 74% por ciento de los alemanes le dan el aprobado.
La última página del liderazgo de Merkel está por escribir; ha dejado claro que dejará el poder cuando termine esta legislatura -es decir, en un año-. Pero su gestión en la crisis del coronavirus la ha revalidado y se disipó el término de la "Merkeldämmerung" -crepúsculo de Merkel- que planeaba sobre su fase final en el poder.
Los símbolos de su mandato
La mayor economía de Europa lleva quince años en sus manos. Unas manos y un gesto que tanto la identifica. El rombo de Merkel. Ella dice que lo hace porque le ayuda a mantener la espalda recta y hay quien lee en él su gusto por construir puentes.
Otro símbolo de la canciller son sus chaquetas. Siempre el mismo corte. Tres botones, dos bolsillos, de muchos colores. Es el uniforme con el que ha hecho frente a algunas de las crisis más importantes de los últimos años.