Argentina
La toma de posesión de Javier Milei como presidente de Argentina ha generado diversas reacciones. Sin embargo, ninguna ha sido tan contundente como la de la expresidenta y exvicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner.
Cristina Fernández de Kirchner, vicepresidenta saliente de Argentina, ha protagonizado uno de los momentos más polémicos de la jura del cargo como presidente de Javier Milei al hacer un corte de manga a los seguidores del nuevo mandatario.
Los hechos transcurrieron en los intensos momentos previos a la toma de posesión de Javier Milei como presidente de la coalición 'La Libertad Avanza'. La exvicepresidenta tuvo que pasar frente a un grupo multitudinario de personas que expresaban tanto su apoyo como sus críticas.
En un primer momento, Kirchner parecía encontrarse de buen humor, sonriendo a las cámaras, saludando a sus seguidores y hablando enérgicamente con las personas con las que se cruzaba. Sin embargo, los abucheos comenzaron a imponerse a los vítores, lo que comenzó a alterar cada vez más a la vicepresidenta saliente.
Finalmente, minutos después de bajarse del coche oficial y justo antes de entrar en el hemiciclo, Kirchner, en un arrebato de ira, levantó su dedo corazón hacia las personas que la abucheaban, dejando claro que no va a soportar las críticas y los insultos en su contra.
El enfado de la expresidenta y exvicepresidenta era latente dentro del Congreso, mientras asumía su responsabilidad de hacer cumplir el juramento de Milei y de Victoria Villarruel, la nueva vicepresidenta.
La era Kirchner en Argentina se caracterizó por dos etapas lideradas por Néstor Kirchner y su sucesora, Cristina Fernández de Kirchner.
Néstor Kirchner asumió la Presidencia en 2003, tras una crisis económica y política. Su gobierno, conocido como el "desarrollismo popular", buscó un crecimiento económico con garantías sociales. Durante su mandato, el Producto Interno Bruto (PIB) aumentó significativamente, pasando de 127 mil millones de dólares en 2003 a 287 mil millones en 2007, según el Banco Mundial.
Este crecimiento, sin embargo, generó debates sobre su sostenibilidad. Algunos críticos argumentaron que se basó en condiciones macroeconómicas favorables y la bonanza de precios de 'commodities' en el mercado internacional. A pesar del optimismo por la mejora del empleo y los salarios reales, se observó una alta tasa de informalidad laboral, alcanzando el 30,3% en el Gran Buenos Aires en 2007, la segunda más alta desde el retorno a la democracia.
Néstor Kirchner buscó alinearse con las ideologías políticas latinoamericanas de las décadas de 1950 y 1960, adaptando el keynesianismo, la economía del desarrollo y el marxismo. Bajo su liderazgo, Argentina se integró con la 'marea rosa', colaborando con líderes de izquierda como Hugo Chávez y Lula da Silva, fortaleciendo Mercosur y la integración regional.
Tras la muerte de Néstor Kirchner en 2007, su esposa, Cristina Fernández de Kirchner, asumió la Presidencia. Durante su primer mandato (2007-2011), las 'commodities', en particular la soja, desempeñaron un papel clave en la economía argentina. Sin embargo, su segundo periodo (2011-2015) enfrentó desafíos económicos, con fluctuaciones en el PIB y una inflación del 26,9%, según datos de la Dirección General de Estadística y Censo de la Ciudad de Buenos Aires.
Además, la gestión política de Cristina Fernández fue percibida como polarizadora. La apropiación de reivindicaciones sociales y la relación con organizaciones de derechos humanos, como la Asociación Civil Abuelas de Plaza de Mayo, fueron temas destacados. Sin embargo, enfrentó tensiones con los medios y la misteriosa muerte del fiscal Alberto Nisman en 2015, quien la investigaba por presunto encubrimiento en el caso iraní relacionado con el atentado a la AMIA en 1994.
La etapa kirchnerista llegó a su fin con la Presidencia de Mauricio Macri (2015-2019), quien, aunque interrumpió la era Kirchner en el poder ejecutivo, también revitalizó al kirchnerismo desde una oposición firme a sus políticas. El retorno de Cristina Fernández como fórmula vicepresidencial con Alberto Fernández en 2019 marcó una nueva fase, pero la condena a seis años de prisión por administración fraudulenta puso un punto crítico en la historia política de la líder argentina.
Finalmente, la entrada de Milei al Gobierno argentino ha sido el último golpe que ha puesto fin al kirchnerismo .