LOS OPOSITORES INTENTAN ORGANIZAR UNA SEGUNDA REVOLUCIÓN
En doce meses, Egipto ha cambiado radicalmente. Hosni Mubarak ha sido derrocado y procesado tras haberse aferrado al poder durante más de treinta años, y en las últimas horas se ha sabido que los islamistas, perseguidos durante décadas, han arrasado en las últimas elecciones.
Pero a pesar de estos cambios objetivos, los mismos jóvenes que los impulsaron, siguen pensando que en el fondo nada ha cambiado. "Los militares dicen que se irán en Junio, cuando se elija presidente, pero lo que quieren es quedarse en el poder. ¿Porqué esperar a junio? Se tienen que marchar ya" asegura un activista antigubernamental.
Los jóvenes revolucionarios intentan organizar una segunda revuelta, a pesar de que por la primera ya han pagado un alto precio: mil fallecidos, doce mil detenidos. Pero lo van a tener difícil, ya que paradojicamente, amplios sectores de la sociedad empiezan a verles con malos ojos."Los revolucionarios ahora son considerados como gamberros, y terroristas. Aquellos que incluso los propios militares ensalzaban por haber derrocado a Mubarak" denuncia un representante de la oposición.
"Volvemos a las calles por que los medios no muestran los abusos de los militares. Se inventan las noticias y hay muchísimas cosas que se le ocultan a la gente" sentencia Nadiah, una manifestante. Es por lo que desde anoche exhiben en la plaza Tahrir secuencias que estremecieron al mundo, y que sin embargo nunca habían sido vistas por los egipcios. Este horizonte de más inestabilidad amenaza con agudizar la crisis del país. El turismo, la principal industria, se ha hundido desde que comenzaron las revueltas.