Atentado fallido Trump
En el atentado fallido contra Donald Trump falleció un bombero de 50 años, dos personas resultaron heridas y el atacante fue abatido.
"Se supone que debería estar muerto", ha dicho Donald Trump después del atentado fallido del pasado sábado en la que, sin embargo, sí falleció un espectador y dos personas más resultaron heridas. El atacante fue abatido por los agentes.
La víctima mortal ha sido identificada como Corey Comperatore, tenía 50 años y, según informó el gobernador del estado, Josh Shapiro, murió protegiendo a su familia de la ráfaga de disparos inicial efectuada por el tirador, Thomas Matthew Crooks, de 20 años. Una de esas balas lo alcanzó.
Comperatore fue jefe del Departamento de Bomberos Voluntarios del Municipio de Buffalo. Shapiro informó de la pérdida describiéndolo como un hombre que "amaba a su comunidad y, sobre todo, amaba a su familia". Dijo también de él que "era un ferviente partidario del expresidente y estaba muy emocionado de estar allí".
Comperatore tenía dos hijas y según explicó su esposa al gobernador falleció al lanzarse a proteger a su mujer y su hija de los disparos. Murió "como un héroe" dijo Shapiro.
Otras dos personas han resultado heridas por los disparos efectuados por Crooks y se encuentran ahora mismo estabilizadas tras ingresar en el hospital en estado crítico, según el último informe ofrecido por la Policía de Pensilvania.
Los heridos han sido identificados como David Dutch, de 57 años, de New Kensington, Pensilvania, y James Copenhaver, de 74 años, de Moon Township. Shapiro pidió a todos los líderes políticos "bajar la temperatura y superar la retórica de odio que existe, y buscar un futuro mejor y más brillante para esta nación".
El FBI cree que el atacante actuó solo y según la información obtenida hasta el momento no hay indicios de que pueda pertenecer a una organización terrorista internacional. "En este momento, la información que tenemos indica que el tirador actuó solo y que actualmente no hay preocupaciones de seguridad pública" dijo en una teleconferencia Kevin P. Rojek, el agente del FBI que dirige la investigación.
El rifle semiautomático que utilizó lo compró su padre de forma legal aunque no queda claro si tomó el arma con permiso de su progenitor o no. Por el momento, estudian el hecho como un caso de "terrorismo doméstico", y tanto el arma como el teléfono celular de Crooks se ha enviado a un laboratorio del FBI en Virginia.
Donald Trump ha elevado a categoría de "milagro" la "experiencia surrealista" que vivió. "El médico del hospital dijo que nunca había visto algo así, lo llamó un milagro", explicó Trump, con parte de su cabeza aún vendada por las heridas recibidas tras el atentado.
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