COREA DEL SUR
Seúl mantiene una fuerte alianza en materia militar con Estados Unidos y Japón ante la amenaza de Pyongyang
No es solo la décima tercera economía del mundo y la cuarta más grande de Asia, también es la que mas rápido creció entre 1960 y 1990 y un socio estratégico para Occidente. Su situación geográfica, ocupa la parte sur de la península de Corea y se extiende unos 1,100 km desde el continente asiático, es clave teniendo en cuenta al vecino con el que comparte frontera: Corea del Norte.
La tensión sin resolver desde el fin de la guerra con el régimen de Pyongyang ha provocado que la nación destine el 2,6% de su PIB y el 15% del presupuesto anual a sus fuerzas armadas, al tiempo que mantiene el servicio militar obligatorio de dos años para todos los varones.
De hecho, Corea del Sur tiene el sexto número de tropas activas más grande del mundo: hay 3,7 millones de personal militar entre una población total de 51,25 millones de habitantes según datos del censo de 2016. De estas fuerzas, casi dos millones se concentran cerca de la zona desmilitarizada de Corea.
Estados Unidos, séptimo socio comercial de Seúl, tiene estacionadas cerca de 30.000 tropas para defender al país en caso de un ataque norcoreano. No hay que olvidar que el régimen de Kim Jon Un es una de las potencias nucleares del planeta. Con Washington mantiene una de las alianzas más importantes en materia militar que se reflejan en los continuos ejercicios militares que desarrollan en conjunto y que lanzan un mensaje disuasorio al belicista vecino.
La fallida declaración de la Ley Marcial ha activado las alertas en Washington que reconoce seguir con preocupación la situación de la que depende el tripartito entre Estados Unidos, Corea del Sur y Japón: un elemento de disuasión contra China y Rusia.
Los analistas de geoestragia se refieren a este territorio 99,720 km² como el lugar de encuentro de los tres dominios estratégicos, el entorno oriental de Asia, dominado por China, el entorno continental euroasiático dominado por Rusia y el entorno marítimo dominado por los Estado Unidos. Así, consideran que, si la península se reunificase, las tres potencias deberían encontrar una fórmula para su desmilitarización y convertirla en puente de unión de los tres dominios.
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