Armas nucleares
El régimen dictatorial de Corea del Norte arremete contra Estados Unidos, les acusa de buscar la guerra nuclear y les acusa de intentar provocarles al ser aliado militar de Corea del Sur.
Los lanzamientos de misiles por parte de Corea del Norte han contado con una respuesta militar que han realizado conjuntamente Estados Unidos y Corea del Sur, algo que ha sido considerado como una "provocación" por los norcoreanos. El régimen de Kim Jong-un, por medio de un portavoz, asegura que, con estas maniobras, "el guion de guerra nuclear de Estados Unidos contra la República Popular Democrática de Corea ha entrado en su etapa final".
Dicho portavoz asegura también que "en ninguna parte del mundo podemos encontrar un ejercicio militar con un carácter tan agresivo como el ejercicio militar conjunto realizado por los Estados Unidos y sus amigos en términos de duración, escala, contenido y densidad". Por otra parte, indica que estas maniobras militares son "un ejercicio agresivo de guerra que tiene el propósito básico de alcanzar objetivos estratégicos de la República Popular Democrática de Corea".
Estados Unidos no ha entrado a valorar estas palabras, que, a juicio de la mayoría de aliados de los surcoreanos, tienden a formar parte de la dialéctica guerracivilista de Corea del Norte. No es la primera, ni tampoco será la última vez, que Corea del Norte amenace de manera tan furibunda a Occidente. De hecho, ya lo hace a diario, como se ha podido contemplar recientemente, al ser el único país del mundo que ha reconocido la anexión ilegal de cuatro regiones ucranianas a Rusia.
Corea del Norte, democrática y popular... solo para quien obedezca
Resulta cuanto menos llamativo que Corea del Norte sea oficialmente llamada 'República Popular Democrática de Corea', al ser uno de los países que menos reconocimiento dan a sus trabajadores y que no tienen garantías mínimas de democracia. Las elecciones son consideradas una farsa, los opositores al régimen son encarcelados y la falta de alimentos es solucionada sacrificando a animales que deben ser comidos obligatoriamente por la población, puesto que la otra solución es morir de hambre.
La prensa también está controlada por el régimen, el culto al líder es obligatorio y se le debe tratar como a un dios. De hecho, cuando falleció el anterior líder supremo de Corea del Norte, Kim Jong-il (padre de Kim Jong-un), se obligó a la gente a salir a la calle y se les ordenó llorar la pérdida del dictador, así como acudir a su funeral y llorar más fuerte. Si algún ciudadano no lloraba o no mostraba suficientemente el pesar, era enviado a un campo de concentración como castigo.