un acto multitudinario
El régimen norcoreano ha celebrado un acto multitudinario con fuegos artificiales en Pyongyang para celebrar el lanzamiento de su último misil balístico intercontinental (ICBM) esta pasada semana, según informaron hoy medios estatales. Miles de ciudadanos se congregaron el viernes en la plaza Kim Il-sung y los aledaños del río Taedong para asistir al acto en celebración de un lanzamiento que, según el régimen, ha supuesto la culminación de una "fuerza nuclear estatal", detalló la agencia KCNA.
Durante los discursos pronunciados en el acto, se alabó el hecho de que este nuevo misil, el Hwasong-15, ha reforzado la posición estratégica del hermético país. "Nadie puede ya vulnerar nuestros derechos a la soberanía, a la supervivencia y al desarrollo, dado que hemos consumado nuestra fuerza nuclear estatal", dijo uno de los vicepresidentes del comité central del Partido de los Trabajadores, Pak Kwang-ho, en declaraciones recogidas por el diario Rodong.
El pasado miércoles, Pyongyang lanzó su ICBM más sofisticado hasta la fecha, y logró un nuevo avance de cara a cumplir su meta de ostentar armas viables para realizar un ataque nuclear contra EEUU que actúen como elemento disuasorio. El Hwasong-15 alcanzó casi 4.500 kilómetros de altura, el máximo jamás alcanzado por un proyectil norcoreano, antes de caer en el Mar de Japón, llamado 'Mar del Este' en las dos Coreas.
Servicios de Inteligencia y expertos consideran que, equipado con un arma nuclear, el Hwasong-15 podría alcanzar territorio estadounidense, aunque se pone en duda que Pyongyang pueda lograr que no se desintegre al reentrar en la atmósfera y que su sistema de guiado le permitiría alcanzar con precisión un blanco. En todo caso, la mayoría de analistas considera que al régimen le queda ya solo en torno a un año de desarrollo para tener armas realmente viables.
El lanzamiento desató la condena de la comunidad internacional y Seúl, Tokio y Washington claman ya por nuevas sanciones de la ONU para ahogar aún más al régimen. El del miércoles fue el vigésimo ensayo de misiles de Corea del Norte en 2017, un año en que sus repetidas pruebas de armas y las insinuaciones beligerantes del presidente de EEUU, Donald Trump, han elevado la tensión a niveles no vistos desde el final de la Guerra de Corea (1950-1953).