EL NÚMERO DE HERIDOS ASCIENDE A 63
Los servicios de rescate continúan las labores para evacuar a los senderistas muertos, que podrían ascender a 31, por la erupción del monte Ontake, en el centro de Japón, mientras las autoridades han confirmado sólo la muerte de cuatro.
Esta mañana un helicóptero de las Fuerzas de Autodefensa (Ejército) ha conseguido evacuar a seis de los 27 cuerpos que se encuentran atrapados en la cima y que fueron trasladados a un hospital donde se espera que se confirme su muerte.
De momento, la cifra oficial de muertos asciende a las cuatro personas cuyos cadáveres fueron evacuados ayer, mientras la escasa visibilidad y los gases tóxicos que emanan del volcán han impedido el acceso a los equipos médicos a la cima.
El operativo de recate asciende a 540 personas, entre policías, bomberos y miembros del ejército, y de ellos 60 se encuentran en estos momentos en la cima intentando sacar de allí los cuerpos.
El número de heridos de diversa consideración asciende a 63, según informaron este mediodía las autoridades niponas.
El monte Ontake, el segundo volcán más alto de Japón, ubicado a unos 100 kilómetros de la ciudad de Nagoya, comenzó a expulsar humo, rocas y cenizas en la madrugada del sábado, y desde entonces ha continuado emanando residuos, según informa la Agencia Meteorológica nipona.
Centenares de personas se encontraban practicando senderismo en el volcán en el momento de la erupción, y la mayoría pudieron abandonar la zona por su propio pie o fueron evacuadas, las últimas en la mañana del domingo con la ayuda de helicópteros de las Fuerzas de Autodefensa (Ejército) de Japón.
El presidente de la organización para la prevención de erupciones volcánicas, Toshitsugu Fujii, ha asegurado este domingo en una rueda de prensa, que "es sumamente difícil prevenir una erupción de vapor (en vez de magma)" y explica que "suele pasar de forma repentina, y saberlo de manera certera es uno de los límites con los que se encuentra la ciencia en estos momentos".
Por otro lado, la Agencia Meteorológica nipona ha advertido de la posibilidad de que se produzcan más erupciones de la misma escala, aunque descarta que haya indicios de que su nivel pudiera ser más grave.
Mientras, los servicios de rescate se han visto obligados a detener sus operaciones, en repetidas ocasiones por la mala visibilidad y las emisiones de gases tóxicos.