MILES DE MANIFESTANTES CONTRA LA DESTRUCCIÓN DE UN PARQUE

Erdogan asegura que no está "dispuesto a ceder" ante la segunda jornada de violencia

Estambul vive el segundo día de violentas manifestaciones, miles de personas han vuelto a protestar contra la planeada destrucción del parque Gezi mientras el presidente turco ha hecho un llamamiento a la "madurez para calmar la situación". Por su parte Erdogan ha asegurado que no está dispuesto a ceder.

El presidente de Turquía, Abdullah Gül, hizo un llamamiento a la "madurez" en medio de la tensión creada por los violentos enfrentamientos entre miles de manifestantes y la policía en Estambul por la destrucción de un parque público. Gül dijo en un comunicado que tener puntos de vista y opiniones diferentes "es la riqueza de una sociedad democrática" y agregó que "lo que es importante es discutirlo de forma civilizada, hay que estar abierto al diálogo y escuchar las opiniones diferentes".

Al mismo tiempo instó a los manifestantes de Estambul y de otras ciudades del país a "reaccionar con sentido común y con calma sin abusar de los derechos". El presidente turco aseguró que comparte su opinión con el Gobierno y destacó que los incidentes de la plaza Taksim han alcanzado un nivel preocupante, por lo que "todos deben actuar con madurez para calmar la situación".

Por su parte, el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, declaró en un discurso televisado que no está dispuesto a ceder ante las protestas, que se recrudecieron con violentos enfrentamientos entre la policía y los miles de manifestantes que ocupan la céntrica plaza de Taksim.

Estambul vive por segundo día violentas manifestaciones, originadas en una protesta contra la destrucción de un céntrico parque pero que se han convertido en antigubernamentales, con dimensiones jamás vistas desde la llegada al poder del partido islamista AKP en 2003. Poco después de conocerse estas declaraciones de Gül, la policía turca parecía iniciar su retirada de la plaza Taksim, en la que se vivieron dos días de violentos enfrentamientos, con más de cien detenidos y decenas de heridos.

Las manifestasciones
La céntrica plaza Taksim y el adyacente parque Gezi de Estambul están concentrando desde el viernes las violentas protestas sociales en Turquía. Inicialmente, los manifestantes protestaban contra la destrucción del parque Gezi, una de las últimas zonas verdes en el centro de la metrópolis en el Bósforo, aunque han acabado dirigiéndose contra el Gobierno del partido AKP (islamista moderado).

El parque tiene una superficie de unos 100 por 400 metros, al noreste de la plaza, y está rodeado por varios hoteles. En este terreno había hasta los años 1940 un cuartel militar construido en el siglo XVIII por el imperio Otomano. Ahora, el Ayuntamiento de Estambul, controlado también por el AKP, quiere reconstruir el edificio otomano y acondicionar el espacio para que albergue cafeterías, un museo y un centro comercial.

Mientras que las excavadoras retiran las barricadas erigidas anoche en la calle Istiklal, arteria comercial de Estambul, a pocos metros, cientos de manifestantes utilizan el mobiliario urbano para crear nuevos obstáculos a los vehículos blindados de la policía. Los agentes usan con profusión granadas de gas lacrimógeno y chorros de agua a presión para dispersar a los manifestantes, que muestran su intención de no cejar en su empeño de regresar al parque Gezi, protegido por fuertes cordones policiales.

La versión electrónica del diario "Hürriyet", que cita fuentes de la policía, informó de que han sido detenidas 81 personas en los violentos enfrentamientos con las fuerzas del orden. "Unidos contra el fascismo", "Gobierno, dimisión" y "Taksim está en todas partes, la resistencia también", fueron algunos de los esloganes cantados en varios barrios de Estambul, tanto en zonas obreras tradicionalmente conflictivas como en elegantes distritos de clase media-alta.

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