SE MANTIENEN ALTOS PERO CONTROLADOS
Los niveles de contaminación en Pekín, bajo alerta máxima (roja) por contaminación desde el sábado, se mantienen altos pero controlados, mientras continúa operativo el paquete de restricciones que acompaña a la medida.
Aunque algo peor que el sábado, la concentración se sitúa este domingo en alrededor de los 250 microgramos por metro cúbico de partículas PM 2,5 (las más finas y perjudiciales para la salud), según el medidor de la Embajada de EEUU en la ciudad china.
Los servicios meteorológicos chinos alertaron el jueves de que el norte de China sufriría estos días la peor racha de contaminación del año, con concentraciones superiores a los 500 microgramos que de momento no se han registrado en la capital.
Bajo alerta roja, el Gobierno chino recomienda a la población que reduzca sus actividades en el exterior y también se suspenden las clases en muchas guarderías y escuelas primarias y secundarias. Además, implica restricciones severas al tráfico (cada día solo pueden circular la mitad de los automóviles privados, en función del último número de su placa de matrícula), así como la prohibición de fuegos artificiales y barbacoas, y restricciones o suspensiones a algunas fábricas y obras de construcción.
La alerta permanece activa desde el sábado, a las 07.00 (23.00 GMT del viernes) y continuará hasta las 12.00 del martes (04.00 GMT).
Según una normativa aprobada la pasada primavera, las autoridades chinas deben declarar la alerta roja, la máxima de una escala de cuatro colores (rojo, naranja, amarillo y azul), cuando haya pronósticos de contaminación de al menos 200 microgramos durante tres días.
Este sistema fue instaurado en 2013, si bien hasta este mes de diciembre las autoridades nunca habían llegado a decretar la alerta roja, que ahora ya es la segunda del mes en Pekín, con la primera hace poco más de una semana.