Golpe en Níger
La situación en el África Occidental es crítica tras el ultimátum que ha dado a la junta militar golpista la Comunidad Económica de Estados de África Occidental.
Níger vive el momento más crudo de los últimos años. El pasado miércoles, 26 de julio, los militares de la Guardia Presidencial dieron un golpe de Estado y tomaron el poder tras instaurar una junta militar. Retuvieron al presidente Mohamed Bazoum en el Palacio Presidencial, cerraron las fronteras, suspendieron las instituciones democráticas e impusieron un toque de queda nocturno. La situación geopolítica en el África Occidental es la más tensa en los últimos años. Y no solo por la caída de Bazoum, sino por todo lo que conlleva que prevalezca el régimen militar en el país del Sahel, como prevalece en sus vecinos Malí, Guinea y Burkina Faso. Níger tirita. Puede haberse convertido en un polvorín que en caso de estallar, podría provocar una guerra con actores externos implicados.
El general Abdourrahmane Tchiani ha tomado los mandos y se ha convertido en sustituto del presidente Bazoum. Los militares golpistas justifican su intervención por la "degradación continua de la situación de seguridad y la mala gestión económica y social" del país africano. La seguridad en el Sahel, el uranio, los acuerdos de exportación con actores internacionales, la lucha contra el terrorismo yihadista o la presencia de los mercenarios de Wagner son algunas de las claves más importantes de la nueva página que se ha escrito en la historia de Níger.
Con tres comunicados leídos en la televisión nigeriana, los representantes del golpe militar anunciaron la caída de Bazoum. Están organizados en una plataforma autodenominada Consejo Nacional para la Salvaguardia de la Patria (CLSP). Mostraron su "respeto a todos los compromisos firmados por Níger". En sus comunicados, los militares anunciaron que "todas las instituciones de la Séptima República están suspendidas" y que ahora "las fuerzas de defensa y de seguridad manejan la situación". "Se pide a todos los socios exteriores que no se inmiscuyan", agregaron para defender el cierre de fronteras terrestres y aéreas.
La junta militar se ha comprometido a la "integridad física y moral de las autoridades derrocadas de acuerdo con los principios de los derechos humanos". Esas fueron las palabras del coronel Abramane. El intento de golpe militar contra Bazoum dos días antes de su investidura en marzo de 2021 fue la crónica de una muerte anunciada para la democracia en el país.
El Sahel es ese territorio que vive en continua inestabilidad que tanto incomoda a la ONU y la OTAN. Forma un cinturón de hasta 5.400 km que atraviesa África desde el océano Atlántico hasta el mar Rojo y limita al norte con el desierto del Sahara y al sur con la sabana sudanesa. La región política del Sahel, definida por la estrategia integrada de las Naciones Unidas para el Sahel (UNISS), abarca 10 países: Senegal, Gambia, Mauritania, Guinea, Malí, Burkina Faso, Níger, Chad, Camerún y Nigeria.
Tras los golpes de estado de los militares en Mali y Burkina Faso y su acercamiento a Rusia, Níger era uno de los últimos aliados en el Sahel para Occidente. La antigua colonia francesa es esencial por sus recursos naturales. Es la 'gallina de los huevos de oro' para Francia por la exportación de uranio. El 70% de la electricidad del país galo se genera en centrales nucleares. El uranio es clave para la producción de energía nuclear. Ahora, la junta militar encabezada por Tchiani ha cortado la exportación de uranio a Francia.
En los últimos años hemos visto tentativas y golpes en Sudán, Malí, Chad, Guinea y Burkina Faso. Todos son territorios en los que los grupos yihadistas siembran el terror. Geográficamente, el Sahel es una muralla que separa Occidente del terrorismo yihadista. En un contexto en el que reina el caos y el descontento, florecen las intervenciones de grupos paramilitares para contener las amenazas. Es ahí cuando aparece en escena el Grupo Wagner. Los mercenarios rusos se han extendido en la zona y han proporcionado fuerza militar contra el terror a cambio de controlar recursos militares.
Las Fuerzas Armadas de Níger apenas cuentan con unos 12.000 soldados pese a que Bazoum defendía que llegaban hasta los 40.000, contando diversos grupos paramilitares. En todo caso, insuficientes para garantizar la seguridad de un país con 1,2 millones de kilómetros cuadrados. A la insuficiente fuerza militar de Níger se le suma la presencia de grupos yihadistas como el Grupo de Apoyo al Islam y a los Musulmanes (JNIM) -ligado a Al Qaeda- y el Estado Islámico del Gran Sáhara -ligado a el EI-.
Occidente ha pedido la restitución del presidente Bazoum ante las consecuencias de lo que supone que prevalezca el régimen militar. La Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO), grupo regional de quince países de África Occidental que busca promover la integración económica de la región, va más allá. Lanza un contundente ultimátum: "En caso de que las demandas de las autoridades no se cumplan en una semana", la CEDEAO "tomará todas las medidas necesarias para restablecer el orden constitucional". No han descartado la intervención militar. Esto podría suponer una guerra a la que Burkina Faso, Malí y Guinea se podrían sumar para defender a sus socios golpistas.
Asimismo, el jefe del Estado Mayor de Defensa de la vecina Nigeria, Christopher Musa, ha sido claro en su apoyo al orden constitucional en Níger: "Estamos listos y, tan pronto como recibamos la orden de intervenir, lo haremos. Estamos seguros de obtener la victoria sobre ellos". Lucharán para derrocar la junta militar de Níger.
El ultimátum de la CEDEAO es de lo más significativo teniendo en cuenta que no llegó a tanto con los golpes de Estado en Guinea, Burkina Faso y Malí. Entonces solo acordó su suspensión del organismo y tomó las mismas medidas económicas que ha hecho con Níger, que es vetar todas las transacciones comerciales y financieras con los Estados miembros y congelar los activos en los bancos centrales regionales. Además, el año pasado levantó esas sanciones contra Mali y Burkina Faso tras acordar un plan para la celebración de elecciones en 2024 y 2025.
La Guardia Presidencial golpista ha hecho añicos todo lo que estaba construyendo Níger. Despierta al país del sueño democrático. Desde la independencia en 1960, Bazoum era el primer presidente electo que sucedía a otro. Antes, la antigua colonia francesa sufrió cuatro golpes de Estado y numerosos intentos más. Cuando la población veía la luz al final del túnel, los militares han plantado un muro de hormigón en la salida.
Mohamed Bazoum nació en 1960 en Diffa, región situada en el sureste de Níger. Estudió filosofía en la Universidad de Dakar (Senegal) entre 1979 y 1984. También se graduó en un máster en Filosofía Política y Moral y un Diploma de Estudios Avanzados en Lógica y Epistemología.
Compaginó la enseñanza con la actividad sindical, uniéndose al Sindicato Nacional de Maestros de Níger, (SNEN). Luego se unió a la oficina ejecutiva del Sindicato de Trabajadores de Níger (USTN), llegando en 1991 a participar en representación de este sindicato en la Conferencia Nacional Soberana (CNS) de Níger: fue cuando se elaboró un plan para la adopción de una democracia institucional en el país. Años más tarde, ganó la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de febrero de 2021 al frente del Partido Nigerino para la Democracia y el Socialismo.
Pasan las horas y la democracia no vuelve a Níger. El futuro es incierto. Rusiarefuerza sus relaciones con los regímenes golpistas en el Sahel mientras Occidente carga en favor de Bazoum. La CEDEAO parece ir en serio. El África Occidental se revuelve en un momento trascendental en la geopolítica a nivel mundial.