EN EL NORTE DE INGLATERRA
El infierno se ha prolongado durante 16 años, hasta hace apenas unos meses. Una banda organizada pakistaní ha secuestrado, violado y maltratado a niños sin que las autoridades hicieran nada, justificando que tanto los abusadores como los pequeños pertenecían a la comunidad pakistaní y temían que les acusasen de racismo.
Una joven de 20 años relata que desde los 12 años hasta los 15 sufrió los abusos de al menos cinco hombres: violaciones, amenazas, golpes: "Tenía que tener relaciones sexuales con sus primos o con quien el secuestrador quisiera. Como un objeto, así me trataron", argumenta la joven pakistaní.
Ella no ha sido la única víctima. Se calcula que 1.400 menores de Rotherhan, una ciudad de 250.000 habitantes en el centro de Inglaterra, fueron explotados sexualmente durante 16 años, entre 1997 y 2013.
Muchas niñas fueron secuestradas y llevadas a otras ciudades del norte de Inglaterra en donde también fueron sometidas a abusos. Casi todos los autores de estos delitos son de origen paquistaní y funcionaban como una red de tráfico de personas.
Estas atrocidades fueron denunciadas en demasiadas ocasiones y durante mucho tiempo pero las autoridades hicieron la vista gorda. La policía se excusa, ahora, en un temor a ser tachados de racistas.
Martin Kimber, el consejero de Rotherhan, ha pedido "disculpas por lo sucedido". "Para tranquilizar a los jóvenes, decirles que estamos trabajando para que en el futuro no se vuelva a repetir", ha añadido.
Al menos un tercio de los abusos sufridos por esos 1.400 niños eran conocidos por las agencias de protección de menores. Las autoridades están siendo investigadas por negligencia.