Síndrome de Munchausen

Condenan a una madre por provocar que operen a su hijo sano 13 veces tras llevarlo al médico en 300 ocasiones

La mujer, que se declaró culpable, confesó haberse inventado síntomas falsos para que pareciera que su hijo estaba enfermo. El padre del menor reunió todos los registros médicos para probar que su hijo estaba sano.

En Resumen
  • La madre llevó al pequeño al médico en 323 ocasiones
  • Las operaciones le han dejado secuelas al niño

Un juez de Dallas, en Estados Unidos, ha condenado a una mujer a seis años de prisión por manipular a profesionales médicos para que le hicieran cientos de procedimientos médicos y 13 cirugías innecesarias a su hijo durante ocho años.

Kaylene Bowen, de 36 años, se declaró culpable de causar lesiones corporales graves a su hijo después de que las autoridades le acusaran de someter a su hijo a exámenes, cirugías y procedimientos dolorosos en innecesarios durante años y de llevarle hasta 323 veces a hospitales y centros de salud entre los años 2009 y 2016.

Esta condena llega después de años de lucha de Ryan Crawford, padre del pequeño, que intentó convencer a los jueces durante años de que su hijo no tenía ninguna enfermedad. Durante el proceso, un juez incluso le prohibió visitar a su hijo Christopher cuando este tenía tres años.

Esto le llevó a investigar lo que estaba ocurriendo con su hijo y decidió reunir todos los registros médicos de diversos médicos y hospitales para tratar de probar que su hijo estaba sano.

Síndrome de Munchausen

Conocido como síndrome de Munchausen, los expertos explican que esta enfermedad mental y forma de maltrato infantil hace que los cuidadores del niño, con frecuencia las madres, inventen síntomas falsos o provoquen síntomas para que parezca que el niño está enfermo.

Según los expertos, los médicos suelen tardar entre cinco o más años en identificar a personas como Bowen, que suelen ser mujeres en el 97% de los casos.

"Investigan y escogen condiciones difíciles de detectar con una sola prueba", asegura un experto, que explica que como la mayoría de los pacientes son bebés o niños pequeños no pueden explicar sus síntomas por sí mismos y los médicos tienen que creer a sus padres.

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